Alemania ha protagonizado la mayor sorpresa de la historia reciente de los mundiales. Su eliminación en la fase de grupos del campeonato supuso un jarro de agua fría para las aspiraciones de la Mannschaft. Ganadora en el pasado Mundial en Brasil, Alemania se enfrentaba contra la temida superstición. Tres de los últimos cuatro campeones mundiales no lograron certificar su presencia en, al menos, octavos de final de la competición.
Su llegada al equipo blanco vino pareja a la de Mesut Özil. Sin embargo, años más tarde el equipo blanco se aprovecharía del mayor chollo jamás probado. Toni Kroos se convertía en entrenador del Real Madrid por 20 millones de euros procedente del Bayern Múnich. En esta tesitura, Sami Khedira se vio obligado a buscar cobijo en otro club. Su participación en la Juventus ha sido solvente. Pero lo cierto es que tras el desembarco en Rusia, el jugador alemán ha vivido un completo tormento: "Mis actuaciones son inexplicables. Nunca me pasó, ninguno llegamos en plenas condiciones", aprovechaba el germano para lanzar un aviso a sus compañeros de selección, buscando evadirse de parte de la culpa.
En pleno contexto actual, el jugador de la Vecchia Signora incluso titubeó ante Bild con una posible renuncia a la selección alemana. "No quiero entrar a valorar eso en este estado emocional, pero hablaré con Löw", dijo el mediocentro germano.
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