El tiempo es el peor amigo para los deportistas. Se abre paso sin ningún tipo de tapujo sin apenas ser conscientes de su paso. Un día se está en la más alta cumbre, gobernando en tu disciplina, y, al siguiente, el declive derriba la puerta para okupar la morada del deportista y no salir de ahí. Ya no se trata de un simple aviso de la vida, sino la inexorable realidad.

Este, a grandes rasgos, es el caso de Cristiano Ronaldo. El astro portugués no ha caído aún en el ostracismo que trae consigo el paso de los años, pero sí ha experimentado cómo el tiempo ha hecho mella en sus habilidades, cómo la explosividad de hace unas temporadas ha decaído gradualmente. Este es el sentido de la vida y el mejor jugador del planeta, por supuesto, no está exento y debe rendir cuentas, como todos los humanos. 

En los últimos años, Cristiano Ronaldo ha visto como, por consejos de su exentrenador, Zinedine Zidane, su número de minutos jugados por temporada ha descendido, con respecto a cursos pretéritos. Una decisión del francés con el fin de que el portugués llegara lo mejor posible al tramo final de temporada. 

Cristiano Ronaldo. Foto: Pedro Rodríguez/El Bernabéu

MENOS GOLES Y MENOS MINUTOS

El cambio se empieza a notar desde que Zidane llega al banquillo del Real Madrid. En la última campaña de Carlo Ancelotti, el portugués disputa 54 partidos y anota 61 tantos. Unos números de otro planeta que no se han vuelto a ver. No obstante, el curso siguiente - 2015/16 -, se reduce su número de goles y partidos, pero no en exceso. El astro luso roza los 50 partidos, pero anota la friolera de 51 dianas. 

En los dos cursos siguientes, sus guarismos se resienten en demasía. El pasado curso disputa 40 partidos y ejecutó en 41 ocasiones a sus rivales. Las cifras no son las mismas y se nota, sobre todo, en la temporada 16/17, cuando el portugués se queda a dos dianas de de las 40 para un total de 42 encuentros. 

Cristiano celebra la victoria del Real Madrid en el Allianz Arena

EL MEJOR MOMENTO PARA LA VENTA

Considerando que desprenderse de una leyenda como Cristiano Ronaldo siempre es duro y difícil, cuando llega el momento hay que pararse a pensar si es lo mejor. En este caso, económicamente, es el instante idóneo para la venta del astro portugués. Su rendimiento aún no ha decaído tanto como para plantearse una salida por menos del precio al que se adquirió. Por tanto, se podría sacar un rendimiento mejor, quizás, que si se esperase un año más. 

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