Tener la oportunidad de ganar un Mundial es algo único. Hacerlo después de que poca gente confiara en ti aumenta todavía más la ansiedad por hacerlo. Es lo que le ha sucedido a Croacia, que aunque siempre ha mostrado su buena plantilla y la calidad en el juego, nunca había terminado de carburar a nivel internacional. Si antes los momentos de la verdad se convertían en una pesadilla, en el campeonato de Rusia está siendo todo lo contrario.

De nuevo a penaltis, y aunque merecieron terminar antes el partido, los croatas cerraron su clasificación para las semifinales del Mundial de Rusia. Algo que no conseguía esta selección desde hace 20 años. Una generación de oro con grandes nombres entre los que se encuentra Modric. El capitán del equipo analizó las opciones de su país en Rusia y mostró su confianza en el equipo. Actitud no les falta y así quedó corroborado en la celebración del triunfo. Todo el combinado croata, durante la cena, celebró por todo lo alto su pase.

Cánticos, gritos, saltos encima de las mesas... Todo valía para mostrar la alegría por haber llegado tan lejos. Modric, que suele ser de los más comedidos, se soltó la melena como nunca. Encima de una silla y con un pie en la mesa donde estaban cenando se sumó a todos sus compañeros. Croacia soltó todo lo que tenían contenido y ya se preparan para seguir haciendo historia. Inglaterra será el rival a batir y contra quien tendrán que ganar si quieren volver a festejar como la pasada noche.