Luis Rubiales no ha dejado de pisar charcos desde que recalara en la presidencia de la Real Federación Española de Fútbol. El máximo mandatario del balompié español ha comenzado su etapa de gestor del ente federativo con mal pie, provocando mil y un desencuentros entre clubes y el organismo y sacando a pasear su descontrolada lengua habitualmente.
El pasado martes tuvo lugar la Asamblea de la RFEF y, en ella, además de pasar revista a los ejercicios económicos de la organización, también se sorteó el calendario de la próxima temporada tanto para Primera División, como para Segunda y, como novedad, para la máxima categoría del fútbol femenino.
El momento polémico
Precisamente fue en el momento del sorteo cuando Luis Rubiales volvió a demostrar su falta de sensibilidad y su desbocada verborrea. La conductora del evento, la periodista Mónica Marchante, pidió un aplauso para reivindicar que el fútbol femenino tuviera un hueco en este acontecimiento.
Pero como el presidente de la Federación no suele medir sus palabras, espetó un comentario que incendió las redes. En pleno siglo XXI, Rubiales, tras la ovación requerida por Marchante, pidió que las jugadoras se acercaran hasta su posición. "Mónica, ¿por qué no las invitamos a venir?", cuestiona el presidente.
Tras esto, llegó el desafortunado comentario machista. "Sé que han venido un poco medio en paños menores, pero venid aquí", sentenciaba el máximo responsable del fútbol español en plena reivindicación por el fútbol femenino. Cabe señalar, que para Rubiales vestir shorts supone ir "en paños menores". Un sinsentido que ha desembocado en innumerables críticas en Twitter.
Los escándalos de Rubiales
Desgraciadamente para su persona, este no ha sido el único - ni será el último - de los altercados que ha provocado desde que es presidente de la RFEF. En tiempo récord, Rubiales ha puesto en su contra tanto a Real Madrid como a Sevilla. Al conjunto merengue por la ya sabida polémica que se generó en torno al fichaje de Julen Lopetegui por los blancos.
Por otro lado, Rubiales se enzarzó públicamente con Pepe Castro, presidente del Sevilla, con motivo de la Supercopa de España que se disputará en Tánger. El conjunto hispalense se negó a este cambio, pero al presidente le dio exactamente igual lo que quisiera. El máximo mandatario del fútbol español se ha presentado como una figura que evoca ciertos aromas de los despachos balompédicos de los años 90.
Pero la cosa no queda ahí. Y es que, tras una denuncia de Miguel Galán, Rubiales está siendo investigado por un juzgado valenciano por usar, presuntamente, dinero de la AFE para acometer la reforma de su domicilio personal. La arquitecta de la obra, según los audios publicados por El Mundo el pasado martes, reconoce que Rubiales le debe 120.000 euros, quiso pagar con fondos del sindicato de jugadores y, para más inri, la agredió en un taxi. Un sumatorio de escándalos que parece no tener fin.
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