La gala de la UEFA organizada en Mónaco ha servido para dar el pistoletazo de salida a la temporada 2018/2019 con el sorteo de la Champions, pero también para cerrar, glorias e heridas, de la pasada campaña. El Real Madrid arrasó con los premios a mejor portero, defensa, centrocampista y delantero en reconocimiento a su tercera 'Orejona' consecutiva.
Aunque si una conclusión se puede sacar en clave individual es el fin del reinado de Cristiano Ronaldo una vez que ha abandonado el club blanco. El portugués, ausente en la fiesta del máximo organismo europeo, vio desde su casa en Turín como un excompañero le arrebataba el título de Mejor Jugador del Año y se ponía en cabeza de cara a las apuestas para el Balón de Oro que entregará France Football a finales de 2018.
Luka Modric (Zadar, Croacia, 9 de septiembre de 1985) ha arrebatado, merecidamente, la corona a un Cristiano Ronaldo que inicia una nueva etapa en la Juventus de Turín. Este galardón es un reconocimiento a un mediocentro diferente que ha marcado la diferencia en la nueva era dorada del Real Madrid. Además, ha sido la principal figura de una selección croata que se proclamó subcampeona en Rusia y que conquistó al mundo con un fútbol exquisito y de altos quilates.
"Inventa, Lukita", esa es la frase que todo madridista piensa cuando el balón pasa por los pies de un mago tan menudo como excepcional. Algunos 'ilustres ignorantes' tildaron la incorporación del croata en 2012 como una estrategia para "tapar vergüenzas". Incluso otros le faltaron el respeto llamándole "Peluka Modric, fichaje de medio pelo". Seis años después, el genio de Zadar tiene cuatro Champions en las vitrinas y aquellos 'sabelotodos' una cueva tan grande como su lengua, o pluma, viperina.
El pleno madridista es un fiel reflejo de la hegemonía del Real Madrid de Florentino Pérez en el fútbol actual. Tres Champions consecutivas para marcar distancia y ejercer con autoridad como rey de Europa. Cristiano Ronaldo, el mejor jugador de la entidad merengue desde Di Stéfano, decidió emprender este verano un nuevo camino después de nueve años vistiendo la camiseta blanca. El portugués ha renunciado así a la magia y al empaque que solo el Madrid te puede dar.
Su marcha dejó un vacío que rápidamente ha sido tapado por Luka Modric entre otros. El mejor jugador del mundo sigue en el Real Madrid, al menos eso se extrae de la primera batalla que ha lidiado el luso con su antiguo club. El Premio a Mejor Jugador del Año es un aviso a las dificultades que tendrá Cristiano para volver a ganar lejos de la capital de España y es una dosis de confianza para un vestuario al que ha dolido algunas de las frases que ha lanzado su excompañero en las últimas semanas.
Tampoco ha estado bien el gesto de la ahora estrella de la Juventus al borrarse de la gala al conocer que vería como Modric levantaría el máximo premio individual de la UEFA. No hubo reencuentro, aunque a Cristiano ya nadie le llora en el Real Madrid. A rey muerto, rey puesto. Nadie por encima del club. Nadie más importante que el equipo. La familia, en definitiva, que ahora repite una y otra vez Sergio Ramos con retintín.
Los fantasmas que algunos desearon ver sobrevalorar el Santiago Bernabéu se alejan a ritmo, rápido y continuo, de conjuro croata. Modric se ha encargado de que el Real Madrid también reine a nivel individual. El próximo objetivo, un Balón de Oro que ya comienza a tener sus iniciales grabadas a fuego.
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