Exactamente son 6 horas y 49 minutos las que acumula el Real Madrid de Lopetegui sin celebrar un gol. El último tanto, que llegó con suspense y gracias al VAR, fue el de Marco Asensio ante el Espanyol. Era el 22 de septiembre y por aquella época todo era alegría en el equipo blanco. Esa misma semana había goleado a la Roma, semifinalista de la última Champions, con una de las mejores exhibiciones de los últimos tiempos.
Sin embargo, todo cambió a partir de ese momento. Después llegó la goleada en el Sánchez Pizjuán y el empate en el derbi, aunque el Madrid fue muy superior al Atlético. La visita a Moscú parecía entonces propicia para cambiar la dinámica, pero un error de Kroos y Varane en el primer minuto cambió por completo el partido. Una derrota inesperada y dolorosa, pero que tenía solución ya que el equipo de Lopetegui se mantenía colíder en La Liga y las Champions no se ganan en octubre.
Entonces se tomaba el duelo en Mendizorroza como el momento de dar un cambio de rumbo. El Madrid tenía la oportunidad de dar un giro, dormir líder antes del enfrentamiento entre Valencia y Barcelona en Mestalla y marcharse al parón de selecciones con los deberes hechos y con otras sensaciones. Pero todo lo que va mal puede ir peor y un gol de Manu García en el minuto 95 terminó por castigar con crueldad la falta de puntería un equipo que parece vivir un bloqueo tanto mental como futbolístico.
La ansiedad y el bloqueo mental del Madrid
El Real Madrid cuajó ante el Alavés su peor partido junto al del Sánchez Pizjuán. A diferencia del derbi o de la visita a Moscú, en Vitoria apenas gozó de claras oportunidades y fue incapaz de superar la tela de araña tejida con detalle por Abelardo. Como si se tratase de un cangrejo, el conjunto de Lopetegui dio varios pasos hacia atrás en Mendizorroza. Preso de la ansiedad por la falta de gol y, sobre todo, por la necesidad imperiosa de llevarse los tres puntos y retornar a la senda de la victoria.
A diferencia de los otros duelos, el Madrid tuvo un problema mental con el reloj y una crisis de confianza. En ningún momento creyó durante los últimos minutos y terminó pagándolo de forma cruel con un gol en contra en el último segundo. Lopetegui debe reencontrar ahora el fútbol que se vio en los primeros compromisos ligueros y en el partido de Champions contra la Roma. Esa es la primera y más importante misión para el entrenador, aunque no será la última.
Las dos semanas que hay ahora por delante debido al parón por selecciones perjudica al Madrid, que no tendrá oportunidad de terminar con la mala racha hasta el día 20 de octubre. Mucho tiempo con un ruido exterior que irá creciendo en los próximos días. Tampoco podrá contar Lopetegui con la mayoría de sus futbolistas, ya que los internacionales no regresarán hasta pocos días antes del encuentro contra el Levante en el Santiago Bernabéu.
Los problemas físicos de Bale y el bajón de Benzema
Entre los motivos de la sequía goleadora está también los problemas físicos de Bale. El galés se ha convertido en líder de la delantera y el equipo le necesita al cien por cien. Se tuvo que retirar en el descanso del derbi madrileño, no viajó a Rusia y, cuando ya parecía recuperado, volvió a caer ante el Alavés. El '11' necesita recuperar esa continuidad de comienzo de campaña en la que se erigió como nuevo jefe del ataque.
Por su parte, el renacer goleador de Benzema se atascó en la jornada 3 y desde entonces no ha vuelto a ver puerta. El nivel del francés fue sobresaliente en el comienzo de La Liga y ahora necesita recuperarlo. No ha contado con descanso apenas, ya que ha jugado de titular todos los partidos y eso también ha impedido que Mariano entre en la dinámica de juego con más minutos y rodaje.
Otra solución puede ser Vinicius. El brasileño ilusiona y poco a poco va entrando en la rotación de Lopetegui tras salirse en Segunda B. No debe tener la presión de tirar del carro, pero sí las oportunidades para, quién sabe si, tirar la puerta abajo
Carvajal, Marcelo e Isco: tres generadores de oportunidades
La mala suerte, el bloqueo mental... y otra de las explicaciones a la sequía madridista está en las bajas. Lopetegui pierde a tres grandes generadores de ocasiones sin Carvajal, Marcelo e Isco. Los dos laterales y el mediapunta son de los que desequilibran, de los que encuentran el hueco cuando no hay. Es decir, lo que buscó hasta la saciedad y no encontró el Real Madrid en Mendizorroza.
Es tiempo para la autocrítica debido a la gran exigencia que siempre obliga ser el mejor club del siglo XX y de los que ha transcurrido del XXI. Lopetegui debe reflexionar, encontrar soluciones futbolísticas y, sobre todo, recuperar a sus jugadores en el aspecto mental. Es decir, terminar con el apagón y volver a encender la luz en el vestuario del Real Madrid.
Noticias relacionadas
- El Alavés castiga a un Real Madrid en crisis
- Lopetegui: "Sabemos cómo es la vida en el Real Madrid pero estamos en octubre"
- Varane: "En el vestuario estamos encantados con Lopetegui"
- Sergio Ramos: "Los que dan al Madrid por muerto se equivocan"
- Isco se viste de capitán: "Confianza absoluta en mi equipo"
- El Real Madrid alcanza las seis horas sin marcar un gol