Máxima tensión en la casa blanca. El Real Madrid ha acumulado hasta cinco partidos sin conseguir la victoria y por eso sabían que no podían permitirse ni un solo tropiezo más. Los merengues han ido paso a paso forjando el triunfo contra el Viktoria Pilsen y ya en el descanso se pudo ver a Julen Lopetegui continuando con la arenga hacia sus futbolistas.

Casemiro y Lucas Vázquez eran los jugadores más cercanos que recibían la charla del técnico vasco. La última derrota liguera contra el Levante dejó la posición del entrenador madridista muy discutida, pues la mala racha de partidos sin ganar se prolongaba, mientras que solo Marcelo conseguía acabar con la sequía goleadora de los cuatro enfrentamientos anteriores.

Karim Benzema era el encargado de poner el 1-0 en los instantes iniciales del encuentro. Lucas Vázquez, quien ha ocupado el puesto de lateral derecho desde el inicio del choque, se incorporaba al ataque y colgaba un magnífico centro que el delantero galo no iba a desaprovechar para batir la portería rival. Además, la celebración ha ido acompañaba de euforia y rabia, pues suponía una gran liberación sobre la presión que los blancos atesoraban en la previa.

También en la primera parte, Gareth Bale iba a dar el susto en los cuatro minutos con unos gestos de dolor, lo cual despertó las alarmas en el coliseo blanco ante una nueva posible lesión del galés. Finalmente, el expreso de Cardiff ha podido continuar con normalidad y, en los instantes finales de los primeros 45 minutos, Lucas Vázquez iba a recibir un penalti que el colegiado no iba a señalar.

Arreón necesario

Ya en el segundo tiempo, Marcelo iba a dejar encarrilado el partido marcando el 2-0 favorable a los blancos. De esta manera, el lateral brasileño volvía a ser protagonista sumando una nueva diana, pese a que la conseguida contra el Levante no consiguió hacer que el equipo sacase un empate al menos del partido liguero. Así las cosas, los de Lopetegui vuelven a conseguir una victoria a la espera de visitar el Camp Nou.