El Real Madrid disputa este miércoles su primer partido de Copa del Rey de esta temporada. El conjunto blanco buscará empezar con buen pie el torneo frente al Melilla, en un partido en el que, a priori, la entidad de Chamartín debería sumar su primera victoria. Será la oportunidad perfecta para ver a los menos habituales de la plantilla, como Valverde, Reguilón o Vinicius, sobre el terreno de juego.

Será también una nueva oportunidad para Marcos Llorente. El centrocampista no ha tenido suerte desde que volvió al Real Madrid. Tras su buena temporada cedido en el Alavés, en Concha Espina decidieron contar con el futbolista para formar parte de la plantilla, pero su presencia no ha sido todo lo importante que cabría esperar.

Con Zidane, al que conocía de su paso por el Castilla, pasó desapercibido. Llorente no consiguió convencer al francés, que apostó por otros jugadores y no le dio una gran cantidad de minutos durante la temporada pasada. Sin embargo, con Julen Lopetegui parecía que esta situación podía cambiar, por lo que ignoró el interés de otros clubes.

El vasco apostaba por jugadores jóvenes pero preparados, el perfil de Marcos Llorente, pero con el paso de los partidos su presencia fue igual que con Zidane, o incluso peor. A día de hoy, el canterano solo ha disputado once minutos de juego, el que menos sin contar a Casilla y Vallejo, que no han saltado al campo. Por ello, la llegada de Solari es un nuevo comienzo para el futbolista.

Solari, una nueva oportunidad para Llorente

La llegada del argentino permite a Marcos Llorente volver a pelear por un puesto que se le había negado en las últimas temporadas. El centrocampista debe utilizar el trabajo diario en los entrenamientos para demostrar a Solari que, a pesar de lo vivido en las últimas temporadas, está preparado para triunfar en el Real Madrid, y esta labor comienza en la Copa del Rey.

Llorente será titular en el duelo frente al Melilla. El centrocampista podrá partir en el once titular del Real Madrid por primera vez esta temporada, por lo que es la situación perfecta para brillar y demostrar que puede tener los minutos de los que no ha podido disfrutar en las últimas campañas.

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