Vinicius Junior (Río de Janeiro, Brasil) llegó en verano al Real Madrid después de cumplir la mayoría de edad. El carioca representa a esa nueva hornada de jugadores que nacieron en el nuevo milenio y que comienzan a hacerse un hueco en el fútbol. El club blanco siempre vio en él a una perla a la que cuidar y pulir porque estaba llamado a dominar el futuro.

Sin embargo, la delicada situación por la que atraviesa el Madrid ha provocado que la alternativa en el Santiago Bernabéu se haya adelantado. El brasileño ha irrumpido con fuerza en mitad de una crisis, al igual que antes hicieron Raúl o Casillas en el club blanco o Messi en el Fútbol Club Barcelona. En los momentos duros, nada mejor que una nueva cara para ilusionar a la afición. Vinicius, del mismo modo que las leyendas antes mencionadas, ha derribado con fuerza la puerta y amenaza con implantar una nueva era. 

A sus solo 18 años ya se ha metido al siempre difícil público del coliseo blanco en el bolsillo. Es el nuevo niño mimado del madridismo. El futbolista por el que suspiran los aficionados y al que comienzan a idolatrar. Su película en el Real Madrid parece escrita de momento por el mejor de los guionistas. Incluso sin marcar, el gol ante el Valladolid al final fue de Kiko Olivas en propia puerta, consigue agitar al equipo y al estadio con su sola presencia. Y es que, cuando parecía que podía llegar un nuevo pinchazo en La Liga, apareció Vinicius para dar una importante victoria al conjunto merengue y, sobre todo, a Solari. 

El imberbe delantero fue rápido a abrazarse con el técnico argentino. Este Real Madrid es el suyo, al fin y al cabo. El de un técnico que promociona desde el Castilla con la intención de quedarse y el de un futbolista diferente que necesita la plena confianza de su entrenador para ir creciendo sobre el campo. Solari acogió al carioca en el filial y le hizo brillar. A pesar de que se ejercitaba con el primer equipo, durante la etapa de Lopetegui solo encontró el cariño de los minutos en Segunda B con el que, curiosamente, ahora se ha convertido también en su jefe en el primer equipo. 

Los caminos paralelos de Vinicius y Solari

La historia de Vinicius parece ir de la mano con la de Solari. Una pareja que ha resucitado al Real Madrid en tan solo una semana. Uno con su calidad y el descaro propio de su juventud, y el otro desde el banquillo y con un mensaje claro en la sala de prensa. Hace escasamente una semana, Vinicius veía El Clásico desde la grada al quedarse fuera de la convocatoria y Solari dirigía al Castilla contra el Fuenlabrada. La vida cambió para ellos, al igual que ellos han hecho que el Madrid vuelva a sonreír. 

La ilusión que transmite Vinicius debe ir acompañada de la paciencia que tantas veces no existe en el mundo del fútbol y más en el Real Madrid. Solo tiene 18 años y su electricidad debe ser regulada. De momento, ya ha conseguido cambiar la cara al equipo con solo 20 minutos sobre el campo ante el Valladolid. Eso ya es mucho, pero, aunque se espere mucho más, los plazos también son importantes en una perla como el brasileño.

Vinicius no es Pelé, al menos todavía, pero sus ganas y su fútbol ya han conseguido conquistar al Santiago Bernabéu. Desde hoy ya es 'O Rei' del Madrid. Un trono que busca dueño tras la marcha de Cristiano Ronaldo el pasado verano a la Juventus. Es pronto para nombrarle rey absoluto, aunque de lo que no hay dudas es de que es un excelente príncipe heredero. De momento: 'Vini', vidi y vici.

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