Gareth Bale dio el susto justo al borde del descanso en el Estadio de la Cerámica. El Real Madrid visitaba al Villarreal este jueves 3 de enero para dar así el pistoletazo de salida al 2019. El extremo galés fue atendido por los servicios médicos y pese a volver a ingresar en el terreno de juego acabó cojeando la primera parte. 

En los últimos minutos de la primera mitad el galés notó molestias en su sóleo después de un golpe y se encendieron las alarmas en el banquillo blanco. Esa zona es en la que en tantas ocasiones se ha lesionado el futbolista y desde la dirección técnica prefirieron no arriesgar con el jugador y sustituirle.

En la banda calentaba mientras tanto un Isco Alarcón que parece que con el nuevo año también han llegado nuevas oportunidades para él con Santiago Hernán Solari. El malagueño disfrutó de 45 minutos y dispuso de tiempo para poder convencer al técnico argentino de que puede ser importante en este equipo.

El '11' madridista volvió a caer lesionado y el 2019 empieza de mala forma para él, ya que la mala suerte se vuelve a cebar con un jugador que acabó el 2018 como un tiro, siendo el mejor jugador del pasado Mundial de Clubes y con una primera mitad de la temporada en la que pudo jugar con regularidad.

Solari confirmó la lesión después del encuentro

El técnico argentino confirmó en unas declaraciones después del partido la lesión del jugador, aunque no habló sobre cuál puede ser la duración ni confirmó si es una rotura, ya que se le harán pruebas al futbolista para ver si solo se trata de una sobrecarga como ha revelado el entrenador o es algo más grave que le deba de tener en el dique seco durante algunas semanas. 

Un parón sería un golpe muy duro para el galés en el año en el que se quiere convertir en el jugador insignia de la plantilla, algo para lo que estaba destinado desde que se le fichó procedente del Tottenham y que en la primera mitad de este año y que con actuaciones como la de semifinales del último torneo intercontinental, estaba confirmando.

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