El Real Madrid de Zinédine Zidane echa a rodar...otra vez. El conjunto blanco certificó este lunes el regreso del entrenador francés, quien tras un poco menos de un año sabático después de sus innumerables éxitos, vuelve al club de sus amores en sustitución de Santiago Solari.
Esto ha sido un golpe de efecto en la afición madridista, muy tocada tras la eliminación en semifinales de la Copa del Rey ante el FC Barcelona y en octavos de final de la Champions League frente al Ajax de Amsterdam. La vuelta del hijo pródigo ha hecho olvidar todas las penas, y no es para menos.
Bajo el mando de Zidane, el Real Madrid consiguió nueve títulos en apenas dos años y medio: tres Champions de manera consecutiva -algo impensable hasta entonces-, una Liga, una Supercopa de España, dos Supercopas de Europa y dos Mundiales de Clubes. Todo ello entre enero de 2016 y mayo de 2018.
Por ello, no resulta una locura situar a Zizou como uno de los mejores técnicos que el equipo merengue ha tenido en toda su historia. Su compromiso y amor por el club vuelve a quedar demostrado al regresar a la que hasta hace bien poco fue su casa.
El regreso del hijo pródigo
En esta segunda etapa, Zidane ha dejado claro su plan: trabajo. El técnico aboga por la calidad de sus jugadores, pero nunca ha renunciado al esfuerzo para ganarse un puesto. Este miércoles volverá a entrenar al equipo que hizo tantas veces campeón, y lo hará con ilusiones renovadas.
Si se cumple lo que gran parte del público general espera, esta será la primera temporada de Zidane como entrenador en la que no gané ningún título. Un registro brutal, pero que también demuestra porqué los rivales del Madrid no pueden confiarse.
En su primera etapa, el francés ganó 105 de los 149 partidos que dirigió, empatando 28 y perdiendo únicamente 16. A día de hoy, el único título que podría disputar es La Liga, y se antoja casi imposible, con el Barça líder a doce puntos de ventaja sobre los blancos.
Pero Zidane ya ha demostrado en más de una ocasión que los sueños, por muy imposibles que parezcan, pueden cumplirse. A falta de once jornadas por disputarse, y con 33 puntos en juego, lo cierto es que el calendario del Madrid se antoja bastante más sencillo que el de los azulgranas.
Una Liga, ¿imposible?
No en vano, estos deben recibir al Atlético de Madrid, actualmente segundo clasificado de la competición, así como a un Espanyol que, pese a que cayó goleado por 0-4 en la primera vuelta, ha demostrado ser capaz de incordiar a su vecino. El Camp Nou también será visitado por un Getafe que aspira a jugar Champions la próxima temporada, y los de Ernesto Valverde deberán visitar el siempre complicado campo del Real Betis.
Un estadio que también visitará el Madrid, así como el del citado Getafe. Sin embargo, amén de estos enfrentamientos, a priori el único partido complicado que se le presenta a Zidane de aquí a final de temporada es el Valencia a domicilio.
Pese a todo, ganar una Liga que se antoja utópica no es el principal objetivo de Zizou, quien lo que realmente quiere es evaluar la plantilla de cara al mercado veraniego. El Real Madrid acudirá a éste tras varios años sin fichajes 'galácticos', y Eden Hazard ya se postula como la primera piedra de este nuevo proyecto.
Once partidos por delante. Once pruebas para que los actuales jugadores de la plantilla merengue demuestren merecer un hueco en el equipo. Y once jornadas para devolver la ilusión al madridismo. El primer paso está hecho. Florentino Pérez ha dado un golpe de efecto, y los rivales del Real Madrid ya comienzan a vislumbrar motivos por los que sentirse nerviosos.
[Más información: Primeras imágenes de Zidane en la ciudad deportiva del Real Madrid]
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