El regreso de Zinédine Zidane no será una buena noticia para todos los jugadores integrantes de la plantilla del Real Madrid. Y es que hubo varios futbolistas que no tuvieron un buen final con el entrenador francés en su primera etapa, siendo el caso más destacado el de Gareth Bale.

El galés fue perdiendo poco a poco protagonismo en los esquemas de Zizou, llegando a ser suplente en la final de la Champions League celebrada en Kiev ante el Liverpool. En dicho partido salió desde el banquillo, marcó dos goles fundamentales para la victoria y dejó su futuro en entredicho al término del mismo.

Finalmente, las salidas de Zidane y Cristiano Ronaldo 'obligaron' al Madrid a quedarse con el galés, ansiando que asumiera el papel de estrella que había provocado, años atrás, su llegada al conjunto blanco.

No fue así. Bale ha firmado una campaña muy decepcionante, repleta de lesiones -aunque no tantas como acostumbra-, malos gestos y, sobre todo, suplencias. Por ello, no resulta una locura pensar que en verano abandonará el equipo merengue en busca de una nueva oportunidad.

La dificultad radica en su venta. Ningún club está dispuesto a pagar 70 millones de euros o cifras similares por el extremo, más aún teniendo en cuenta que en este 2019 cumple treinta años. Por si fuera poco, su elevado salario, de doce millones anuales, complica aún más la operación.

Una oferta surrealista

El Manchester United fue uno de los equipos que más se interesó por Bale, aunque éste finalmente les plantó para quedarse en la capital española. Sin embargo, el diario AS revela ahora otro club que se planteó el fichaje del británico: su exequipo, el Tottenham Hotspur.

El caso es que la manera en la que los spurs planearon la vuelta de su exjugador resulta casi utópica. Sin la capacidad salarial suficiente como para acometer su fichaje y su sueldo, Daniel Levy, presidente del conjunto londinense, ideó una surrealista oferta para el Madrid.

Esta consistía, básicamente y según informa el medio citado anteriormente, en solicitar la cesión de Bale por un año, pagando únicamente una pequeña parte de su salario y dejando que el resto corriera de cuenta del conjunto blanco. Finalmente, esta idea no fue enviada al Santiago Bernabéu...y no hace falta imaginar el porqué.

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