Mayo de 2018. Kiev. El Real Madrid se presentaba en su tercera final de la Champions League de forma consecutiva y delante tenía a un Liverpool que había causado sensación con el tridente formado por Mané, Firmino y Salah.
El conjunto blanco era el favorito para hacerse con 'La Orejona' y en el once de gala repitió un Isco que volvió a dejar en el banquillo a Gareth Bale, tal y como sucediese un año antes en Cardiff contra la Juventus.
Sin embargo, la historia deparó que el futbolista más importante de aquella final fuese 'El Expreso de Cardiff'. Bale ingresó en el terreno de juego en la segunda mitad y con sus dos goles llevó al Real Madrid hasta una nueva victoria en la máxima competición continental a nivel de clubes.
El MVP de Kiev dejó, además, un gol para el recuerdo, a la altura de los mejores de la historia en una final de la Champions, llegando a ser incluso equiparado con el de Zidane de La Novena.
El jugador de Cardiff pedía entonces un mayor protagonismo, algo que parecía encarrilarse con el adiós de Cristiano Ronaldo al club blanco, y al comienzo de la 2018/2019 lo tuvo ciertamente.
Sin Zinedine Zidane en el banquillo y con Julen Lopetegui como nuevo entrenador merengue, Bale jugó con el exseleccionador nacional un 72 por ciento de los minutos. La campaña la empezó como un tiro, marcando tres goles y repartiendo dos asistencias en los cuatro primeros partidos de La Liga.
Sin embargo, todo cambió con el primer movimiento en el banquillo madridista. El equipo fue decayendo en ritmo y en resultados, algo que culminó en el primer Clásico del curso, tras el cual desembocó en la destitución de Lopetegui y el nombramiento de Solari en su lugar.
Entre el Mundial de Clubes y su descenso
Con el Mundial de Clubes, Gareth Bale volvió a sentirse importante y fue clave en la consecución del título, repitiendo como MVP del Real Madrid, pero esta vez en la totalidad del torneo. Las lesiones y la explosión de Vinicius Júnior acabaron por relegar al jugador a un segundo plano.
Santiago Hernán Solari permaneció a los mandos del primer equipo desde finales de octubre a mediados de marzo. Durante ese tiempo, el internacional por Gales disputó tan solo un 42 por ciento de los minutos. Una caída visible y considerable de hasta un 30 por ciento comparado con la 'era Lopetegui'.
Directo a la puerta de salida
Zidane confirmó después las sensaciones de Solari. Con el galo, Bale jugó un 48 por ciento de los minutos. Un pobre balance para un jugador que meses antes pedía ser el buque insignia y que no tiró del carro cuando pudo y debió hacerlo, como sí hiciese Benzema, por ejemplo.
El extremo se encuentra en la puerta de salida. Pese a que su agente, Jonathan Barnett, ha asegurado a lo largo de las últimas semanas que el futbolista quiere quedarse en el Real Madrid y que se aferran a su contrato. Lo cierto es que el club blanco le tiene en lo más alto de la 'operación salida'.
Gareth Bale ha ido acumulando suplencias e incluso se quedó fuera de la convocatoria en el antepenúltimo y penúltimo partido del campeonato doméstico. Un duro golpe que se agravó después de que en el último encuentro de La Liga, Zidane no le concediese ni un solo minuto ante el Betis en el Santiago Bernabéu.
[Más información - La 'operación salida' se complica en el Real Madrid: de Isco a Bale]
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