Brahim Díaz llegó al Real Madrid en el mercado de invierno del 2019. Un fichaje estratégico de futuro, arrebatando al Manchester City de Pep Guardiola una de las grandes perlas del panorama internacional. Antes de verle partir, el técnico de Sampedor no ocultó lo mucho que le gustaba el malagueño: "Queremos que renueve cuatro o cinco años más y haremos lo que sea necesario para que se quede. Pero está en sus manos. Si no quiere quedarse, tiene que irse".
Y así acabó sucediendo. Brahim puso rumbo a la capital de España para enrolarse en las filas del Real Madrid. Su llegada supuso un impulso a la renovación de la plantilla de cara al futuro. En los últimos años, el club de Chamartín ha ido haciéndose con algunos de los jóvenes valores más importantes. Este es el caso de los Vinicius Júnior, Rodrygo y compañía, nacidos a partir del 2000. Brahim nació un año antes de este cambio de dígito múltiple y acaba de cumplir 20 años convertido en el futuro de la selección española y también del Madrid.
Su participación al principio fue escasa, pero desde la llegada de Zidane fue ganando minutos. Con Solari tuvo muy poco protagonismo, pese a que eran cada vez más los que pedían la presencia del andaluz, en especial al comprobar que los resultados no llegaban. Nada más aterrizar el francés en el banquillo del Santiago Bernabéu se hizo latente que a Zizou le gustaba, y mucho, el joven Brahim. Sin embargo, la sombra de una cesión planeaba.
Se ha especulado con una operación en forma de préstamo para no cortar la progresión del jugador, pero lo cierto es que Zidane confía en él y quiere contar con sus servicios para la 2019/2020. El gran problema para Brahim Díaz este verano ha sido que una lesión le dejó KO nada más llegar a Canadá para dar inicio a la primera parte de la pretemporada. No pudo jugar ni la Internacional Champions Cup en Estados Unidos ni la Audi Cup en Alemania, pero eso no varía el plan para él.
Uno más de Zidane
La lesión de Asensio le abre una puerta a Brahim para tener más minutos todavía. En la pretemporada no tuvo suerte por esa lesión al inicio de la preparación y aunque no ha disputado ni un minuto este verano, ya hace parte del trabajo sobre el césped en la Ciudad Real Madrid, encarando así la última parte de su recuperación. El futbolista tiene la certeza de que su puesto no corre peligro y eso ilusiona. La idea es que vaya teniendo cada vez más minutos importantes.
Brahim cuenta para Zidane y puede ser una de las grandes 'sorpresas' de la temporada. Tiene un estilo diferente. Encara sin complejos a los adversarios que salen a su paso y además tiene entre ceja y ceja el área rival. En principio no llega para el partido del próximo miércoles contra el Red Bull Salzburgo, pero si todo va bien, podría tener algunos minutos ya el domingo ante la Roma, el cual es el último encuentro de pretemporada para los blancos antes de que el balón eche a rodar en La Liga.
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