El Real Madrid ha empezado la temporada de forma inestable y Zinedine Zidane quiere corregir el rumbo lo antes posible. El técnico francés tiene un ambicioso proyecto deportivo entre manos y las exigencias del club de cara a la nueva temporada son máximas. Algo que ha hecho que los primeros resultados en Concha Espina se analicen con lupa.
El primer partido de Liga el Real Madrid empezó con buen pie el nuevo curso con una victoria ante el Celta de Vigo. Los blancos se impusieron en Balaídos por 1-3 y el equipo aprovechó la derrota del Barça en San Mamés para empezar a poner tierra de por medio en Liga. Sin embargo, el pasado fin de semana el conjunto blanco no certificó su segundo victoria de la temporada y dejó escapar puntos en el estreno en casa.
Así ocurrió ante el Valladolid. Los blancos se dejaron empatar a pocos minutos de final con un tanto de Sergi Guardiola. Un 1-1 que sabía a poco para Zidane, dejando una sensación muy agridulce. Algo que el técnico no quería volver a revivir en partidos venideros y que ha hecho que desarrolle un plan para evitar cualquier traspiés.
Trabajo psicológico
Uno de los grandes problemas de la plantilla del Real Madrid contra el Valladolid fue la falta de concentración. Los blancos firmaron un gran partido en la primera mitad y llegaron a adelantarse al final de la segunda. Lo que Zidane debe conseguir es que no se relajen durante los partidos. Algo para lo que tiene que volver a reanimar el hambre de títulos de una plantilla que ya lo ha ganado todo.
La sala de máquinas
Desde que aterrizó en marzo en el Real Madrid, Zidane tenía claro que la base de juego de su nuevo proyecto estaría en el centro del campo. El técnico quiere controlar los partidos a través de la posesión, lo que evitaría que el equipo se resquebrajara en los momentos decisivos de un partido. La vuelta de Modric al equipo será clave para conseguir este objetivo.
Frente ofensivo trabajador
Otro de los objetivos que se deben cumplir para evitar catástrofes como la del pasado sábado es el trabajo en equipo. Todo el once debe funcionar en bloque durante los partidos para defender, presionar y atacar. Los delanteros no pueden descolgarse del resto de sus compañeros y están obligados a trabajar para que el grupo no se rompa sobre el terreno de juego.
Finalización en ataque
El culmen de todo el plan de objetivos de Zidane es el de conseguir aumentar la certeza ofensiva de cara a portería. El Madrid crea muchas ocasiones y es un flujo constante de creación de fútbol. Lo único que adolece el equipo es la puntería de cara a puerta, ya que en el último partido fueron muchos los remates que estuvieron a punto de terminar al fondo de la red.
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