El Real Madrid tiene deberes: siete pecados y una lección
El conjunto blanco mostró una cara desconocida en el PSG, sin mordiente en ataque y con las habituales lagunas defensivas atrás.
19 septiembre, 2019 13:37Noticias relacionadas
El estreno en la Champions League no fue para nada el esperado por el Real Madrid y su afición. No es el perder, es el cómo se perdió. 3-0 a favor del PSG y pocas notas positivas para un equipo muy ofensivo que prometía espectáculo sobre el papel. Pero en el campo pasó lo contrario, errores en defensa, pocas conexiones y falta de mordiente.
El Real Madrid pagó muy caro no tirar a puerta a lo largo de los noventa minutos -sin contar los dos goles anulados a Bale y Benzema-. Correctivo europeo ante la mirada de todo el Viejo Continente y mucho que mejorar si no quieren repetir una temporada tan mala como la pasada.
Lujuria
En la Ciudad del Amor, muchos focos se centraron más en Mbappé y Neymar que en el partido durante los días previos al choque. Ambos futbolistas han sido vinculados con el club de Concha Espina en los últimos años. Esto ha provocado que se hablase del morbo que suscitaba el choque pese a que ninguno de ellos podía estar sobre el verde, ya que el primero se encontraba lesionado y el segundo sancionado.
Pereza
El conjunto merengue se vio superado en todo momento por el empuje y la intensidad de los de Thomas Tuchel. Esto se ve en un dato llamativo y que no ha gustado nada a los aficionados cuando se ha conocido. Mientras los jugadores del Real Madrid corrieron 80,5 kilómetros, los del PSG recorrieron 87. Es decir, una diferencia de 6,5 aproximadamente.
Gula
La defensa y el portero se tragaron una tras otra las incursiones por banda de Di María y compañía, además de los tres goles. La ley del ex siempre castiga al trece veces campeón de Europa y 'El Fideo' firmó dos de los tantos que encajó Thibaut Courtois.
Ira
La tensión subió en momentos puntuales como un encontronazo entre Ángel di María y Vinicius Júnior, tras una entrada del joven extremo madridista a un compañero del futbolista argentino, que acabó en medio tangana. La sangre no llegó al río y la trifulca se saldó con una amarilla para cada uno.
Envidia
De las ocasiones que creaba el PSG y el Madrid no. Cero tiros a puerta a lo largo de los más de 90 minutos que duró el partido. Bien es cierto que el colegiado inglés anuló dos goles a los merengues, uno a Bale y otro a Benzema cuando el marcador reflejaba 2-0. Pero el resto, nada. Algo preocupante porque si de algo podía presumir el equipo de Zizou es de crear numerosas ocasiones.
Avaricia
Los blancos no trenzaron jugadas y se fueron más por las acciones individuales que colectivas. Error a la postre. El juego combinativo es lo que ha dado resultados al equipo. Así se pudo ver a Karim Benzema prácticamente desconectado y es, precisamente, el delantero francés el que ha tirado del carro en el último año para sacar los partidos adelante.
Soberbia
Los blancos llegaban sabiendo que habían conquistado París tiempo atrás y con jugadores top como Mbappé sobre el campo. ¿Exceso de confianza por no estar delante la MNC? Tal vez... lo que es seguro es que el conjunto español se vio sorprendido por el PSG y su planteamiento.
Lección aprendida
"Nos han superado en todo. En el juego, en la media, pero sobre todo en la intensidad y eso es lo que me molesta. Si tú no entras con intensidad, te superan", dijo Zinedine Zidane en la rueda de prensa posterior al encuentro. El técnico repitió una y otra vez la palabra 'intensidad' y es algo en lo que incidirá en los entrenamientos para que no se vuelva a repetir esta imagen dada por el equipo.
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