La derrota del Real Madrid ante el PSG se está cobrando sus facturas y Zinedine Zidane es el que peor está saliendo parado. El técnico francés acumula la mayor parte de las críticas dirigidas al club blanco por no haber sabido hacer reaccionar al equipo desde que cogiera los mandos en marzo. Lo que le está pasando al Madrid se podía ver desde lejos, pero el técnico francés no ha sabido verlo, o bien no ha podido frenarlo.
Zidane tiene crédito, el que se merece por su anterior y exitosa etapa en el banquillo y por tener a todo el vestuario de su lado. El técnico francés se merece un voto de confianza, aunque para nadie es ilimitada y menos en el Real Madrid. Por eso arranca ahora una etapa muy importante en la que debe encontrar soluciones sobre la marcha y en medio de un mes cargado de partidos importantes, que desembocará en El Clásico del Camp Nou (27 de octubre). Los síntomas son preocupantes, pero solucionarles.
Confianza en la defensa
El Madrid se ha convertido en un coladero atrás. Sufre en defensa y, sobre todo, si no está Sergio Ramos. El capitán, siempre señalado por la crítica en los momentos complicados, sostiene una zaga falta de liderazgo más allá de su figura. Sin él, la torre se cae en pedazos y el gran perjudicado es Raphael Varane. El francés, considerado uno de los mejores centrales del mundo ha dado un paso atrás desde la pasada temporada y solo brilla cuando está arropado por su capitán. Zidane, que le conoce bien, debe impulsarle.
El centro del campo
La tarea pendiente de más difícil solución para Zidane. Porque el Madrid no tiene más de lo que hay, que es lo justo. No han tardado mucho en aparecer las primeras consecuencias de una planificación que desnudó el centro del campo en post de intentar el fichaje (imposible) de Paul Pogba. Cuando las lesiones le den un respiro Zidane lo tendrá más fácil, pero el Madrid necesita equilibrio y eso se lo tienen que dar los seis centrocampistas (si se cuenta a James e Isco como tal) que tiene el club en nómina.
Enchufar a los jóvenes
Vinicius Júnior, Luka Jovic o Fede Valverde. Zidane está obligado a dar más protagonismo a los jóvenes, lo que todavía no ha hecho. El Madrid va sobrado de perlas que están llamadas a ser el futuro de este deporte, pero hay que darles confianza y que se vayan sintiendo parte importante del grupo, no los que están destinados a jugar los últimos quince minutos de cada partido. Vinicius debe ser el que era el curso pasado cuando Solari le entregó los mandos del equipo con solo 18 años y Jovic necesita de más minutos para abrir su saco de goles y empezar a sumar.
Acabar con la falta de intensidad
Intensidad fue la palabra más repetida por Zidane en la rueda de prensa posterior al partido en París. No le faltaba razón al afirmar que era el problema más recurrente que se ha visto en este Madrid durante la pasada y la presente temporada. El equipo se ha cansado de jugar o, al menos, eso parece. El técnico francés debe motivar a su plantilla y que vuelva a ser igual de dominante que lo era dos o tres años atrás.
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