La temporada 2019/2020 ha empezado de forma inestable para el Real Madrid. El equipo ha mostrado destellos de buen juego, sin embargo, las dudas defensivas son uno de los lastres con los que ha tenido que lidiar Zidane en las últimas semanas. El objetivo del francés es desgranar una fórmula con la que los blancos se muestren férreos atrás para controlar los partidos.
Todos los grandes proyectos se construyen desde abajo, y los equipos no son ninguna excepción. La fortaleza defensiva es una de las claves del fútbol para conseguir gobernar a los equipos rivales. Esta faceta es primordial, por encima de tener un equipo demoledor en la fase ofensiva.
El Real Madrid necesita estabilizarse y ofrecer un rendimiento regular de cara a la parte decisiva de la temporada. De ello dependerá buena parte del éxito o el fracaso del nuevo proyecto, y Zidane lo sabe.
Dudas y soluciones al 4-3-3
La clave puede estar en la pizarra. El 4-3-3 es el sistema predilecto de l técnico galo, sin embargo, este ha dejado ver muchas carencias defensivas en el equipo. Su idea de juego podría necesitar una renovación y hay dos sistemas que han ofrecido mejor rendimiento al Real Madrid esta temporada.
Hablamos del 4-2-3-1 y el 4-1-3-1. Dos sistemas con los que el conjunto blanco ha ofrecido otra cara en este inicio de curso. Fue contra Sevilla y Atlético de Madrid. Dos encuentros muy completos en los que destacó la solvencia defensiva del equipo, sin conceder apenas oportunidades a sus rivales y manteniendo la portería a cero.
Esto coincide con la fragilidad que ha mostrado el Real Madrid con el 4-3-3 en todo el tramo inicial de temporada. Equipos como PSG, Brujas e incluso Granada, a pesar de la victoria, hicieron que el conjunto blanco mostrara dudas y carencias atrás.
El 4-2-3-1
El 4-2-3-1 ha sido el que mejor rendimiento ha dado a Zidane, ya que los blancos consiguieron sobreponerse a su derrota europea en París con partido imperial frente al Sevilla de Lopetegui.
El doble pivote es una de las claves este sistema. Jugadores como Casemiro y Valverde aportan contundencia en la medular, mientras que otros como Kroos o Modric ofrecen la pincelada creativa necesaria para crear juego.
Otra de las fortalezas de este esquema es que se trata de un modo de organización muy polivalente y camaleónico en el que futbolistas como Isco, James o Brahim pueden desempeñarse en su posición ideal: la media punta. Una figura clave en la transición defensa-ataque.
El 4-1-3-1
La otra opción, la que se vio contra el Atlético de Madrid en el derbi, es el 4-1-3-1. Un sistema que ofrece mayor control de los partidos al poder juntar a más centrocampistas creativos, con Casemiro como pivote defensivo para cubrir la línea entre la defensa y el ataque.
Este esquema permite mayor verticalidad defensiva, ya que cuenta con más jugadores en zonas de ataque y permite alinear a jugadores muy diferentes como Kroos, Modric, Isco, James, Brahim, Valverde o Hazard por detrás de Benzema. Todo en función de si se requiere de mayor pegada o control.
Por encima de todo ambos sistemas se caracterizan por su capacidad de transformarse a un 4-3-3 en algunos momentos del partido. Además, destaca la fortaleza defensiva que ofrece, ya que las líneas del equipo están más juntas. Algo que permite seguridad atrás y creatividad en ataque, ya que jugadores como Benzema o Hazard prefieren jugar por dentro, contando con muchos apoyos de otros compañeros.
[Más información: De Brahim a Isco: las soluciones del Real Madrid para dosificar a la plantilla]