Termina el mes de noviembre para el Real Madrid con una gran victoria en Mendizorroza que le ha colocado, al menos hasta que Atlético y Barça terminen su partido, como líderes. Estos últimos 30 días han dejado más buenas que malas sensaciones. Zinedine Zidane ha recuperado a varios jugadores con su objetivo de tener a todos enchufados como en el año que levantó La Liga y, además, ha devuelto la mejor imagen del equipo con un juego que divierte al Santiago Bernabéu.
Pero el dato más relevante que dejan los últimos siete partidos es el balance goleador. El Madrid acaba con un +18 noviembre gracias a los 22 goles anotados, pero sobre todo con los únicos cuatro goles que ha encajado. Los blancos cerraron la temporada pasada con una sensación de inseguridad defensiva alarmante. El inicio de la campaña presente no fue muy halagüeño con respecto a esta faceta. Pero el trabajo de Zidane en estos meses empieza a dar sus frutos con el mes con menos tantos en contra de lo que va de año.
Mejora de adelante a atrás
El francés ha ido priorizando las áreas de mejora. Empezó por los problemas con el olflato goleador del equipo. Ha dado continuidad a la temporada positiva que Karim Benzema realizó en la 2018/2019 y la ha mejorado añadiendo a la ensalada a un Sergio Ramos, que sigue con su línea de líder, a los centrocampistas, que han ganado libertad a la hora de sumarse ofensivamente, y poco a poco a unos laterales que siempre han sido primordiales en el esquema de Zidane.
Pero todo esto no tenía valor si no ponía el tapón en la bañera por donde se escapaban principalmente los partidos: la portería blanca. Con la decisión que tomó al decantarse por Thibaut Courtois, el técnico galo ponía fin al debate de la portería y también ponía fe ciega en el belga. Después ha implicado a todo el equipo en actividades defensivas. Desde el partido en Sevilla, el siguiente a la debacle del PSG, los once jugadores se esfuerzan en cerrar espacios.
Además, añadió una línea de presión muy incisiva que hace que los merengues recuperen más cerca del área rival. En esa labor hay un antes y un después con la incursión de Fede Valverde en el once. El uruguayo ha ganado una confianza que, con su intensidad, ha contagiado al resto de sus compañeros que demostraron en Mendizorroza que también pueden mantener el nivel sin él.
Aún queda recuperar para la causa la concentración completa de la zaga defensiva. Con una gran mejora en esta categoría de los laterales, Sergio Ramos, Raphael Varane y Eder Militao no se han mostrado todo lo contundentes que deberían. Con esta mueca aún por marcar en el tanteador de Zidane, la mejora es sustancial y palpable partido tras partido.
Del 8-7 al 22-4
Lejos queda ya el mes de septiembre en el que el Madrid no conseguía disipar del todo las dudas que arrastraba desde la 2018/2019. En esos 30 días el balance del equipo fueron ocho goles a favor y siete en contra. Un período en el que el batacazo ante el PSG fue un punto de inflexión en la temporada y que puso en su sitio a plantilla.
Después aún vino otro tropiezo en Mallorca, donde tuvo más presencia la suerte y el equipo pudo, como mínimo, empatar. Eso fue en octubre. Desde entonces ocho partidos sin que el equipo conozca la derrota. En el horizonte, los 40 partidos que acumuló Zidane entre 2016 y 2017. Aún queda mucho trabajo en la oficina de Valdebebas, pero la realidad es que el francés ha mejorado tanto ofensiva como defensivamente a un Madrid que llega con muchísima confianza al mes de diciembre.
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