Los Barcelona - Real Madrid siempre acaparan los focos del universo no solo futbolístico, si no también el del interés general. A raíz de esto, y teniendo en cuenta la inestabilidad política que se ha instalado en Cataluña, el próximo Clásico del 18 de diciembre vive en constante amenaza.
Desde que se tomó la decisión de aplazar el encuentro de su fecha original, las amenazas han ido en constante incremento. De una amenaza por determinadas acciones que pretendían llevar a cabo el pasado 26 de octubre, se ha pasado a una concentración organizada y al temor a que las acciones se radicalicen e impidan que El Clásico se desarrolle con normalidad.
Con la Federación eximiéndose de cualquier responsabilidad más allá de la que tiene con el estamento arbitral y después de que La Liga calificó esta situación como un problema político de ámbito gubernamental, no hay ninguna certeza de que el encuentro se pueda celebrar en condiciones normales y, a pesar de que deportivamente el partido llega en una situación ideal para vibrar con el choque, el foco solo se centra en la circunstancia política que lo rodea.
Los cuatro focos de la concentración
Tsunami Democràtic convocó una concentración desde las 16 horas del 18 de diciembre con cuatro focos principales que, casualmente, rodean al Camp Nou. Las cuatro esquinas del estadio blaugrana estarán flanqueadas por los diferentes puntos de la manifestación con, al menos, 18.000 personas desde horas tempranas de la tarde poniendo en serio riesgo la llegada de los equipos, el estamento arbitral y los aficionados que no tengan nada que ver con los actos de la plataforma.
Cabe recordar que todo esto llegó después de que Tsunami Democràtic solicitase en un comunicado a Barcelona y Real Madrid que se comprometiesen a enseñar una pancarta con el mensaje "Spain, sit and talk" sobre el césped y otra en la grada. Ante la no respuesta de los clubes, la plataforma convocó una manifestación que pondrá en peligro que los clubes puedan cumplir con los horarios normales en la previa del partido.
La Policía, preparada
Ante esta situación, sobre todo con la posibilidad de que la manifestación bloquee los autobuses de llegada al estadio o, incluso, que se pueda radicalizar la concentración y eso afecte a la integridad de los protagonistas del partido, el ministerio de Interior con la Policía al frente está preparada.
Los clubes ya han tomado medidas para reducir las posibilidades de que algo así les pueda afectar. El Real Madrid ha tomado la decisión de que, como cada vez que se mueve por Barcelona, el autobús que les lleve desde el hotel de concentración hasta el Camp Nou no tenga ningún distintivo. El Barcelona, por su parte, suele dejar que los jugadores y el cuerpo técnico llegue por su cuenta. Pero a esta hora la realidad es que se concentrarán en un punto e irán todos juntos en un mismo autobús.
Los Mossos no ven razones para que el partido no se pueda celebrar, por lo que el dispositivo que tendría preparado para El Clásico debería garantizar la seguridad de todos los agentes que influyen en el encuentro de fútbol. Como ha informado EL ESPAÑOL, aún se desconoce si la Policía y la Guardia Civil, cuerpos que aún cuentan con cientos de agentes en Barcelona con motivo de la operación Ícaro, brindarán apoyo a los garantes de la seguridad en las calles de la ciudad condal.
A falta de conocer el dispositivo que se llevará a cabo, los clubes pretenden normalizar la situación como si fuera un Clásico más. Hasta ahora los únicos mensajes que se han escuchado son los de que el partido transcurrirá como cualquier otro. La realidad vista desde el lado de Tsunami Democràtic es bien diferente. Las amenazas y el chantaje continuo han instalado la incertidumbre de cómo se va a desarrollar el encuentro.
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