El próximo miércoles 18 de diciembre el Real Madrid visitará el Camp Nou. Será el primer enfrentamiento con el Barça desde que aterrizó en Concha Espina allá por el mes de marzo. Un partido en el que el técnico buscará sacar un buen resultado con el que mantener al conjunto blanco en lo alto de la tabla en su pelea por La Liga.
Zidane sabe que no se trata de un partido cualquiera. El Real Madrid no salió victorioso en los Clásicos disputados en 2019 y para el equipo sería trascendental ofrecer una buena imagen y dar un golpe sobre la mesa en 'Camp Barça'.
Una de las grandes claves por las que pasarán las opciones del equipo para cosechar un buen resultado es la medular. Todo el epicentro de la idea de juego del francés pasa por la medular, por lo que la configuración de esta será trascendental para conseguir imponerse al Barcelona con la pelota.
La gran duda de Zidane gira en torno al sistema que emplear en el partido. Baraja dos opciones: su icónico 4-3-3 con el que reinó en Europa o el efectivo 4-4-2 que tan buenos resultados le ha dado. Dos opciones en las que la diferencia radica en utilizar o no a un cuarto centrocampista.
Este dilema se ha producido por el buen momento de forma que atraviesa Luka Modric, quien pone las cosas difíciles a su técnico con su pletórico estado de forma. El croata ha recuperado su mejor versión y contra el Brujas volvió a hacer gala de su agilidad de reflejos para dominar la pelota y la medular con su jerarquía.
Isco, Modric y un puesto
El '10' compite directamente con Isco en el 4-4-2, ya que Fede Valverde es intocable en cualquier sistema. El malagueño también atraviesa su mejor momento de las últimas dos temporadas y ha recuperado la confianza de Zidane. Contra el PSG fue uno de los mejores del equipo y cada vez se ha mostrado más fino en la zona izquierda, con libertad para tener el balón y profundizar en ataque.
Los dos no jugarán juntos bajo ningún concepto, ya que Valverde será de la partida junto a Kroos y Casemiro. Los tres forman el núcleo duro de la medular, aportando trabajo físico y llegada desde segunda línea.
En el caso del 4-3-3, ninguno de los dos tendría cabida, aunque Modric parte con algunas opciones mínimas de tener minutos en ese sistema. Isco fragmentaría demasiado las líneas y el equipo perdería consistencia física con un trivote demasiado creativo.
La probabilidad de que el que no juegue de inicio, tenga minutos en la segunda parte, aumenta conforme se acerca El Clásico. Zidane contará en el banquillo con un revulsivo para su medular. La duda está en si será Modric o Isco.
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