El Clásico se jugará (o se debería jugar) este miércoles. La polémica rodeará al partido hasta el último momento por la reivindicación independentista que se realizará en torno al Camp Nou en las horas previas al partido. Pero la amenaza va más allá y el temor está en que esa reivindicación se reproduzca dentro del estadio. Una de las posibles medidas en ese caso sería que se suspendiera el partido.
A Zidane le preguntaron este martes en rueda de prensa sobre los posibles incidentes que se pueden vivir dentro del estadio: insultos, pancartas... o incluso una invasión de campo. "Nunca pensé que no se jugaría. Hay que poner la energía en el campo y pensar que se va a jugar el partido", respondió el técnico francés, quien se quiere centrar en lo deportivo.
"Solo nos interesa jugar al fútbol. Y la mayoría de la gente quiere disfrutar del fútbol", recalcó más tarde. Además defendió al colegiado del partido, Hernández Hernández, ante las posibles presiones que pueda sufrir para suspender el partido si se acaban produciendo algunos incidentes dentro del estadio.
"Hay que dejar tranquilo al árbitro que querrá hacer su trabajo. Se quiere centrar en el partido para hacer las cosas bien, como todos", dijo sobre la labor de Hernández Hernández y el precedente que se vivió este fin de semana con la suspensión del partido entre el Rayo y el Albacete por los insultos de nazi al futbolista Zozulya.
"Se dicen muchas cosas alrededor, pero la gente quiere ver un buen partido de fútbol. Mucho ruido, pero para nada", finalizó Zidane. El técnico francés no quiso entrar en polémica, pero dejó un mensaje claro: el fútbol debe estar mañana por encima de todo.
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