La gran duda que ha dejado el final de 2019 en el madridismo es la falta de gol. El Real Madrid ha terminado este año con tres empates seguidos y un solo gol anotado en estos encuentros. Las pocas certezas en torno al ataque han dejado palpable que Karim Benzema no se vale solo para llevar al equipo hacia el éxito, que necesita compañía. Y en esta primera parte de la temporada no la ha tenido.
Si bien es cierto que el madridismo tiene motivos para estar más contentos que enfadados con su equipo después de que se marche a este parón navideño en segunda posición en Liga, con una gran mejora palpable en cuanto a la imagen por el juego y los resultados, las apariciones de Fede Valverde y Rodrygo Goes y la recuperación de Isco.
Con todas esas buenas noticias, la perfección del equipo de Zidane llegaría solventando el déficit de gol que presentan, sobre todo, los extremos y el delantero suplente. Para ello, Zinedine Zidane dejó claro que no acudiría al mercado de fichajes para reforzar el ataque blanco.
La realidad es que el equipo, si no sale ningún jugador, tiene todas las fichas ocupadas. Así que, dejando a un lado la opinión del entrenador, cuantitativamente no podría solucionarlo sin una venta. Pero hay dos razones de peso por la que el francés no quiere asumir ninguna llegada nueva al vestuario merengue.
La recuperación de Hazard
Este mes de diciembre Zidane sufrió un gran revés cuando perdía por lesión a Eden Hazard a unas semanas de El Clásico y de partidos tan trascendentales como los que ha disputado el equipo blanco en este último mes del 2019. Su recuperación se complicó y, cuando parecía que se recuperaría antes de ese partido del Camp Nou, su vuelta se retrasaría hasta el 2020. El belga está trabajando con el objetivo de volver para la Supercopa de España en la segunda semana de enero.
Su temporada hasta el momento iba de menos a más, una tendencia natural en un Hazard que confesó en una entrevista que en verano solía descuidarse bastante y que esa era la razón por la que siempre iba creciendo a lo largo de la campaña. Lo mismo sucede con su acierto goleador, que suele incrementarse cuando pasan los meses de la temporada.
El belga, en una de sus mejores temporadas goleadoras de su carrera con el Chelsea, la 2017/2018, metió nueve de sus 17 goles después del año nuevo. Y es que suele ser decisivo en las grandes finales, que es la parte de la temporada donde se juegan. Por ejemplo, esa misma temporada marcó el gol de la victoria para que el equipo londinense levantase la FA Cup frente al Manchester United. Más de lo mismo sucedió con la Europa League ante el Arsenal, en la que se salió con dos tantos.
Bale, decisivo
Más claro es el ejemplo en Gareth Bale. El galés ha superado todas esas dudas que había sobre su compromiso con el Real Madrid, se recuperó de los problemas físicos que arrastró con la selección galesa y completó un gran encuentro contra el Barça en el que fue titular y en el que solo el VAR le impidió de dar la victoria a los blancos.
Si hablamos de ser decisivo, el ejemplo de la final de la Champions League de Kiev de 2018 ante el Liverpool es definitivo. El delantero británico marcó dos goles y deshizo el empate para darle la Décimotercera. Pero no fue la primera vez ya que también vio portería en la final de la Décima frente al Atlético de Madrid y fue el responsable de que los blancos levantasen la Copa del Rey ese mismo año con la histórica galopada superando a Marc Bartra.
Pero también cumple la ley de marcar más en la segunda parte de la temporada. En la 2017/2018, Bale marcó 17 de sus 21 goles a partir de enero. Lo mismo sucedió en la 2015/2016, donde el galés marcó 11 de los 19 después de las Navidades. Un motivo más para creer que la recuperación del británico es un aliciente más de cara a que el equipo siga mejorando a la vuelta del parón.
Zidane apuesta a ciegas por ellos dos. Los goles de Hazard y Bale, sumados a las esperanzas que el francés también ha puesto sobre Luka Jovic y a las aportaciones intermitentes de las dos jóvenes promesas brasileñas, Vinicius y Rodrygo, son los alicientes que utiliza el técnico galo ante la presión desde el exterior para que el Real Madrid incorpore algún delantero más.
[Más información: Las soluciones a la falta de gol del Real Madrid: ¿una cuestión de '9'?]