No ha sido un 2019 fácil para Isco Alarcón. Desde las acusaciones de estar fuera de forma, pasando por la poca confianza que recibió en la época Santiago Solari y después con la pérdida de importancia en la Selección durante la estancia de Robert Moreno en el banquillo nacional, el malagueño ha sufrido para mantenerse al nivel que se requiere en el máximo nivel.
El centrocampista recibió la noticia del regreso de Zinedine Zidane como agua de mayo y vio como el entrenador que le ha dado los éxitos más importantes de su carrera volvía a cobijarle. El francés ha aparecido para, poco a poco, recuperar la mejor versión de un Isco que siempre ha sido trascendental en esos triunfos. El matrimonio ha funcionado en la primera etapa del galo en el banquillo blanco y se espera que en esta segunda vuelva a ser trascendental.
Su homólogo sobre el césped
Salvando las distancias, Isco era la proyección de Zidane en el campo en el sentido que es el jugador más parecido a la etapa del francés en el Real Madrid. La magia que expuso sobre el Santiago Bernabéu encontró continuidad con la llegada del ex futbolista del Málaga. Ese centro de gravedad bajo sumado a la gran capacidad de control y conducción de balón ha enamorado al estadio blanco después de que lo hiciera en su momento el ahora entrenador merengue.
No hay que olvidar que la final de la Décima, con Zidane como segundo entrenador empieza a cambiar de dominador con la entrada de Marcelo e Isco. En la Duodécima, el baño a la Juventus tiene en el malagueño uno de sus máximos responsables cuando el técnico francés decidió darle libertad en el centro del campo. Y en la Decimotercera, el centrocampista repitió titularidad para terminar levantando su cuarta Champions League.
El plan de Zidane
Su recuperación comenzó con el inicio de la temporada 2019/2020. Isco no fue titular en el primer partido de la campaña, pero sumó minutos y contó con su oportunidad la semana siguiente en el Santiago Bernabéu frente al Valladolid. El equipo sumó un empate a cero que dejó frío al estadio. Y más frío se quedó cuando el malagueño cayó lesionado con problemas musculares.
Se perdió todo el mes de septiembre, algo que cortó su proyección para encontrarse con su mejor versión. En octubre volvería con las mismas ganas y con el mismo plan que al principio de la temporada. Y es que fue tan parecido que tuvo minutos en la victoria ante el Granada y luego sumó un mal resultado con la derrota en Mallorca en el experimento de Zidane con Isco y James Rodríguez como centrocampistas.
Tras ese episodio Zidane quiso ir dándole galones poco a poco, sin cargarle de responsabilidad tan rápido para que fuera recuperando la confianza en sí mismo. Todo eso ha desembocado en tres grandes actuaciones durante el último mes ante Alavés, Valencia y Barcelona.
Su gran pero sigue siendo que aún no ha tenido influencia en ningún gol. El de Arroyo de la Miel no se ha estrenado esta temporada ni ha dado asistencia alguna hasta este parón de Navidad. Ese será su siguiente paso para confirmar el regreso de su mejor versión.
El objetivo, la Eurocopa
Por delante Isco tiene un 2020 ilusionante. Quiere volver a ser trascendental en los éxitos del Real Madrid como lo ha sido durante su carrera en la entidad de Concha Espina. Sobre todo, porque el éxito con la camiseta blanca le llevaría con muchísimas posibilidades a tener la oportunidad de liderar a la Selección en la Eurocopa.
Isco ha recibido la noticia del regreso de Luis Enrique con mucha ilusión. La andadura del técnico asturiano en la selección española involucró a Isco de forma completa, como estaba pasando con Julen Lopetegui y Fernando Hierro en la anterior etapa. Solo una apendicitis le impidió estar con España en un partido de la nueva competición.
Pero durante la etapa de Robert Moreno durante la clasificación para la Eurocopa perdió esa influencia. Estuvo con el combinado nacional durante los dos partidos veraniegos ante Islas Feroe y Suecia, pero después se perdió las seis citas siguientes. Ahora tiene en su mano volver a vestir la camiseta de España; un gran estímulo para volver a ver al mejor Isco Alarcón.
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