Aunque todo parece una catástrofe en Concha Espina tras la eliminación copera, el Real Madrid de Zidane solo ha perdido tres partidos este curso. La noticia está en que todo tiene un denominador común: el sistema 4-3-3. Es con este esquema con el que los blancos han naufragado ante PSG, Mallorca y Real Sociedad. Y es que se trata de una organización que deja entrever las costuras del equipo.
Zidane no es un hombre de ideas fijas e inamovibles, pero si es cierto que un trivote en la medular y un trio de delanteros en punta de ataque siempre han sido sus preferencias en el Real Madrid. En su anterior etapa destacó con la 'BBC' de Benzema, Bale y Cristiano Ronaldo, que se veía arropada por un centro del campo formado por Kroos, Modric y Casemiro.
Con la plantilla más envejecida y con recursos diferentes a los de aquella etapa, la situación ha cambiado. Si en épocas pasadas el 4-4-2 le dio muy buenas noches a Zidane, ahora mucho más. Y es que el 4-3-3 no termina de encajar en la plantilla, y el equipo lo acaba pagando en los partidos.
La prioridad del 4-4-2 en rombo es tener mayor control de los partidos a través del monopolio de la pelota. Un esquema en el Isco ha brillado con luz propia como enganche por detrás de los delanteros. El malagueño ha cambiado drásticamente su situación y se ha ganado nuevamente un sitio en el Real Madrid.
Los cinco fantásticos
Esta temporada Zidane ha mejorado el 4-4-2 con la incursión de Valverde, llegando a colocar a cinco centrocampistas en algunos partidos. Juntar a Kroos, Modric, Casemiro, Fede e Isco fue un experimento que se sacó de la chistera en la Supercopa de España y que le ha dado resultado. De hecho, el mejor Madrid de la temporada se ha visto así.
Aunque pueda parecer un sistema en el que el gol no brilla, la solvencia defensiva si lo hace. El 4-5-1 es una formación con las que los blancos se han mostrado casi infranqueables para sus rivales, ya que se convierte en una odisea arrebatar al Real Madrid el balón.
El problema del 4-3-3 es que el Madrid se fragmenta entre líneas, deja más espacios y favorece la velocidad de los equipos rivales. Así se vio contra PSG y Real Sociedad, que supieron sacar petróleo de estas debilidades.
Desequilibrio defensivo en el campo
Esta situación suele agravarse si Casemiro y Mendy no están sobre el terreno de juego y los jugadores alineados son demasiado ofensivos. Los dos futbolistas son claves en el equipo y equilibran la balanza de talento y sacrificio en las alineaciones de Zidane.
Está comprobado que el Real Madrid necesita una gran capacidad de despliegue físico para mantenerse sólido. Juntar a Vinicius, Kroos, James, Brahim y Benzema en un 4-3-3, como ocurrió ante los de Imanol Alguacil en Copa, evidencia carencias atrás que exigen un cambio de sistema urgente.
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