El Real Madrid vive un momento clave de la temporada que puede marcar el éxito o el fracaso del nuevo proyecto de Zinedine Zidane en Concha Espina. La eliminación copera ante la Real Sociedad pone a prueba la resistencia mental del equipo a las críticas, algo que debe servir como arma con la que reforzar la fortaleza de la plantilla para atravesar momentos duros.
La perdida de un título siempre sienta como un jarro de agua fría para un club como el Real Madrid, pero la temporada no da tregua contra lamentaciones. Los frenéticos meses de competición que se avecinan hacen que el equipo deba mantenerse concentrado 24 horas después de haber sufrido un duro correctivo vasco en el Santiago Bernabéu.
Fortaleza mental blanca
La temporada no termina, ni mucho menos, en la aciaga noche copera del jueves. La plantilla del primer equipo sabe que está realizando un gran año, habiéndose erigido como uno de los mejores equipos de Europa. De hecho, a pesar de los cuatro goles encajados, siguen siendo solventes atrás. Y es que un partido no tira por la borda todo el trabajo de los últimos meses.
Desde el pasado 19 de octubre, cuando el Real Madrid cayó derrotado en Son Moix, Zidane confeccionó un equipo ganador que se mantuvo invicto durante 21 partidos consecutivos este curso.
En ese tiempo el equipo destacó por su solvencia atrás. Los blancos se erigieron como el equipo menos goleado de las cinco grandes ligas europeas, y los Courtois, Varane, Ramos, Mendy, Carvajal y compañía, brillaban en defensa.
Meses frenéticos
Ahora en dos semanas viene el Manchester City de Guardiola y la Champions League. Una eliminatoria que arrancará el 26 de febrero y para la que la plantilla debe concentrarse a conciencia si quieren seguir con su camino hacia la Orejona.
La máxima competición continental es aún más dura que la Copa del Rey a partido único. No concede tregua. Zidane sabe que el equipo debe mirar hacia delante, ya que el balance hasta la fecha es positivo.
Tampoco tienen tiempo de lamentarse en una Liga en la que son los actuales líderes, con tres puntos de ventaja sobre el Barça. Además, este fin de semana visitan una plaza complicada como Osasuna, la cual será clave para llegar como primeros de la tabla al próximo Clásico que se jugará el 1 de marzo en el Santiago Bernabéu.
Sin opción a desconexión
El equipo no puede desconcentrarse ni desviarse del camino marcado en las próximas semanas. Una desconexión puede dilapidar las opciones del Madrid para levantar títulos, como ya ocurrió la pasada temporada con Santiago Solari en el banquillo.
Zidane ya dijo que la derrota dolió, pero nada cambiará la mentalidad del grupo. El francés sigue creyendo en las rotaciones y afronta el tramo decisivo del curso totalmente concentrado. "A nadie le gusta una derrota, pero tenemos partido el domingo", señaló el técnico tras el partido ante la Real Sociedad.
"El plan de rotaciones ha funcionado y yo creo en ellos y en esta plantilla. Ahora hay que levantarse, luchar y seguir trabajando muy duro. Este partido no va a cambiar nada", concluyó el técnico con optimismo.
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