Era el 1 de julio de 2009 cuando Florentino Pérez regresó al Real Madrid. Lo hizo por petición popular y solo poco más de tres años después de haber dejado la presidencia. El club blanco vivía una delicada situación con una gran crisis institucional tras el breve, pero intenso y lleno de polémicas, mandato de Ramón Calderón.
Florentino Pérez volvía al rescate del club de sus amores. Al igual que lo hizo en el 2000 ante la peligrosa economía de las arcas merengues y la más que posible conversión de la entidad en una Sociedad Anónima Deportiva. Entonces logró evitar que el Real Madrid cayera en manos de una empresa o de varios fondos y, con una estrategia impecable, le devolvió la estabilidad y la independencia.
En esta ocasión, Florentino tenía dos retos por delante: recuperar la gloria europea y el prestigio internacional tras años sin pasar de octavos de final en la Champions y, sobre todo, instaurar la paz social en el club. Ahora, 4.000 días después, el Real Madrid puede presumir de haber ganado cuatro Champions en cinco años y de haber sumado dos Euroligas para una sección de baloncesto que no levantaba el gran título continental desde 1995.
Además, ha logrado dar la estabilidad requerida para que el Real Madrid haya sido nombrado por Forbes como el club más valioso del mundo. También, y no menos importante, puso fin a la etapa de los violentos en el Santiago Bernabéu y creó una Grada Fans RMCF apolítica, moderna y en el que el único objetivo es animar al equipo.
En el apartado deportivo, Florentino Pérez ha presidido 'La Década Prodigiosa' del Real Madrid. 37 títulos desde 2009, 18 en fútbol y 19 en baloncesto. Uno cada tres meses. Un carrusel de copas que ha agrandado las vitrinas del Tour del Bernabéu hasta convertirlo en el tercer museo más visitado de la capital de España y el más rentable. Uno de cada cinco turistas pasan por allí.
Cuatro Champions, tres Mundiales de Clubes, tres Supercopas de Europa, dos Ligas, dos Copas del Rey y tres Supercopas de España. Un palmarés envidiables en fútbol. Además, convirtió a Zidane en el entrenador perfecto para el Real Madrid y que el equipo blanco fuera el primero en la historia en lograr repetir título en la máxima competición continental. Y no solo, ganando tres consecutivas y cuatro en cinco años.
Antes de Zidane, Florentino Pérez eligió a José Mourinho como el revulsivo perfecto para agitar al equipo y terminar con el mejor Barça de la historia. El portugués lo logró, con récord de puntos y goles en La Liga incluido, y devolvió al club blanco a tres semifinales de Champions consecutivas. Se quedó, injustamente y con una maldita tanda de penaltis ante el Bayern en 2012, sin La Décima, que la levantaría Ancelotti pero gracias también al trabajo realizado por The Special One antes.
En baloncesto, el presidente del Real Madrid eligió a Juan Carlos Sánchez Lázaro para dirigir la sección. Junto a él llegó Alberto Herreros para la dirección deportiva y un entrenador como Pablo Laso con pasado en el club. El resultado no pudo ser mejor. El equipo blanco volvió a reinar en España y en Europa. Puso punto y final a una travesía por el desierto y en la que el balón naranja se había convertido en un sufrimiento y en un problema.
Dos Euroligas, cinco Ligas, seis Copas, cinco Supercopas y una Intercontinental. El Real Madrid ha pasado por encima del Barcelona con un grupo de jugadores irrepetibles y que han sido la base sobre la que construir un proyecto que se ha ido renovando año a año con pequeños, pero acertados, retoques.
El reto y el sueño del futuro
En cuanto al futuro, Florentino Pérez tiene por delante el reto de la situación postcoronavirus y el sueño del nuevo Estadio Santiago Bernabéu. El Real Madrid es la segunda marca española que más ha reforzado su imagen por su labor ante el virus, según el estudio More Than Research y Toluna.
Sin haberse acogido al ERTE, la buena gestión económica del presidente ha facilitado que esta crisis global afecte menos al club blanco. Una tranquilidad que garantiza la posición del Real Madrid en el futuro que viene y, además, le pone en ventaja respecto a otras entidades como el Fútbol Club Barcelona o el Atlético de Madrid.
El reto será ahora mantener la hegemonía deportiva y el nivel competitivo en el nuevo escenario que se plantea en el deporte mundial. Una situación para la que Florentino Pérez ha mostrado ser un adelantado habiendo decidido años atrás por reforzar las plantillas con jóvenes promesas y evitar la burbuja a la que había sucumbido el mercado.
Por su parte, el nuevo Santiago Bernabéu será una realidad en 2022 y dejará para la posterioridad el paso de Florentino Pérez por el Real Madrid. Precisamente, este verano se cumplen 20 años de su llegada a la presidencia y la transformación que ha sufrido el club es más que evidente.
El nuevo estadio será el culmen de su gran obra. Un recinto para todos los madridistas y que situará al club en el vanguardismo más absoluto. Una remodelación que convertirá al nuevo Santiago Bernabéu en la envidia del mundo, al igual que ya se hizo con la construcción de la Ciudad Deportiva de Valdebebas y que ha servido como referencia para el resto de entidades deportivas a lo largo y ancho del planeta.
20 años no son nada para Florentino, que termina su actual mandato en 2021 y que no encontrará tampoco rival en esas elecciones. Presidente por petición popular del madridismo, Florentino Pérez ya se sienta junto a Santiago Bernabéu en la mesa de las dos grandes figuras que construyeron el mejor club del mundo. Uno en el siglo XX y otro en el XXI.