Minuto 61. Isco Alarcón, después de una gran final en la que se fue injustamente sin gol, deja su sitio a Gareth Bale. El 1-1 impera en el marcador después de que Georgino Wijnaldum empatara el encuentro tras un barullo en el área. La pillería de Karim Benzema para adelantar al Real Madrid en la final de Kiev no estaba sirviendo para sumar la tercera Champions League consecutiva.
Todo cambiaría en menos de dos minutos. Marcelo encontraba un balón en la banda izquierda y, con los tres delanteros en el área, pone un centro hacia Benzema, Cristiano y el galés. Bale se retrasó un poco más que el resto, quedándose prácticamente en la frontal. El lugar donde llegó, se elevó, impactó el balón y completó la acción con una extraordinaria chilena imparable para Loris Karius.
Bale remataría la final en los últimos minutos. El extremo sacó un zurdazo desde más de 20 metros para sorprender al portero alemán. El balón se colaría entre sus manos y terminaría en el fondo de las mallas de la portería. La Decimotercera llegaba a las vitrinas del Santiago Bernabéu gracias al galés.
El incomprendido
Este martes se cumplían dos años de ese instante en el que Gareth Bale entraba de pleno en la historia del Real Madrid. Fue el líder de la victoria de la Champions que pondría punto y final a una de las generaciones más exitosas que recuerda el club. Él se quedaría a dar el relevo a la próxima camada después de la salida de Cristiano Ronaldo, pero ni esta efeméride, ni otras muchas que tiene en la entidad, han conseguido cambiar el parecer ni la impresión de la afición con él.
Este martes también se publicaba una conversación suya con el jugador de golf Erik Anders Lang en el podcast de este. El galés se reafirmaba en esa polémica que le rodea por su afición al golf y cree que se le señala injustamente. "Mucha gente tiene problemas con que yo juegue al golf, no sé la razón, pero es especialmente a los medios. Curry y Jordan también tienen y tenían esa afición y juegan o jugaban justo antes de un partido. Aquí sí lo hago dos días antes me dicen: qué estás haciendo", recalca Bale.
Pero no es el único reproche que tacha su trayectoria de forma pública en el Real Madrid. Las lesiones han sido un problema constante en su carrera. De hecho, en la conversación bromea diciendo que "podría ser un especialista médico después de sufrir algunos problemas". Todo esto se ha visto como una falta de compromiso que ha derivado en que siempre esté en la rampa de salida.
Un mercado complicado
Después de que la puerta de China se haya cerrado, Bale solo maneja dos opciones en un mercado condicionado por el Covid-19. La de Estados Unidos puede ser de las más golosas por el crecimiento de la MLS, por inmiscuirse en el nuevo proyecto de David Beckham y por lo que supone el escaparate de ese país a otros niveles.
Aún así la vía del Newcastle que se abrió recientemente tras la aparición de un inversor saudí interesado en hacerse con el club, también está en la cabeza de 'El expreso de Gales'. Allí sería el jugador franquicia e Inglaterra le acogería de nuevo con los brazos abiertos.
El problema vuelve a ser su elevado salario que aleja a cualquiera. El jugador aún tiene dos años de contrato con el club blanco y es difícil igualar la suma que cobra del Real Madrid. Solo la ambición del galés podría hacer que se mueva de la capital de España, algo que no ha manifestado por el momento.
La realidad que afronta Bale ahora mismo es el regreso de La Liga. El galés tratará de ser trascendental cuando a él más le gusta serlo. Reeditar lo ocurrido hace dos años en Kiev pasa por sus ganas de seguir triunfando. El Madrid le necesitará para afrontar el tramo final de esta liga exprés. Más de lo mismo si finalmente se puede disputar la Champions en agosto donde los blancos tienen que remontar ante el Manchester City un resultado adverso.
[Más información: El Madrid y Bale buscan una salida en un mercado condicionado y difícil]