El Real Madrid sacó adelante la primera final de las tres que marcarán el futuro del equipo tanto en Liga como en Champions. El conjunto blanco se puso el mono de trabajo para ganar en el Sánchez Pizjuán y sumar tres puntos de alivio antes del duelo contra el Borussia Mönchengladbach y el derbi ante el Atlético de Madrid.
Fue mejor y ganó. Zidane recuperó a su centro del campo fetiche, con Casemiro, Modric y Kroos, para la batalla de Sevilla y el equipo funcionó. Ganar en el Sánchez Pizjuán nunca es fácil y, aunque sea de rebote, bienvenido es el 0-1 para finiquitar la mala racha y llegar con una sonrisa a la final de Champions del próximo miércoles.
Con el primer matchball salvado, el Real Madrid ya sabe cuál es el camino al éxito. La versión que ofreció ante el Sevilla se pareció mucho a la que mostró en el tramo final de la pasada Liga y que le llevó a conquistar el título: más sólido atrás y con la velocidad de Vinicius y Rodrygo en las bandas en busca de que arriba pasaran cosas.
En el debe queda la falta de colmillo para rematar antes el encuentro. Muchas oportunidades desperdiazadas en la primera mitad y el gol que llegó de la forma más inesperada y quizá cuando más estaba apretando el equipo de Lopetegui. Sin embargo, fue un justo premio para un Real Madrid muy profesional.
Están con Zidane
Con 12 jugadores disputó Zidane su primera final. Solo Asensio entró desde el banquillo, a pesar de que el partido pedía a gritos piernas frescas. Esta vez ni Marcelo ni Isco tuvieron minutos, tan señalados y criticados en las últimas derrotas, pero tampoco un Odegaard al que sí conviene recuperar y que muestre el nivel que le llevó a ser la temporada pasada uno de los jugadores más decisivos de La Liga.
Vinicius demostró una vez más que con él en el campo siempre hay una opción a que suceda algo. Su velocidad, su ímpetu, a veces contraproducente, y su alegría ponen al Real Madrid con otra cara. No marcó, porque golpeó mal y al final el tanto fue de Bono en propia puerta, pero sin duda fue un factor clave tanto en el gol como en el triunfo hablando en términos generales.
Dientes por colmillos
Lo más positivo del partido fue ver que el vestuario está con Zidane. Otras plantillas hubieran hecho la cama al entrenador, pero estos jugadores quieren al francés en el banquillo. Y por ahí entra el rayo de esperanza para este Real Madrid. Con una versión sólida y ordenadita aún puede dar muchas alegrías esta temporada.
Quedan las dos citas más duras para culminar la resurrección, pero sin duda que este triunfo es un buen presagio. Eso sí, para ganar a Borussia y Atlético, el Real Madrid deberá cambiar de una vez los dientes de leche por colmillos retorcidos y no dejar escapar viva a su presa como hizo con el Sevilla durante la primera parte a pesar de su dominio.
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