Fede Valverde se ha convertido en uno de los nombres más reconocibles del Real Madrid. Tiene la gran virtud de ser un superdotado en lo físico, aspecto que le permite rendir con solvencia hasta en sus peores partidos. Cuando no tiene el día en lo técnico, nunca desentona, porque siempre corre por él y por el compañero que tiene al lado. Y eso, lo saben todos los del equipo, que quieren tener siempre cerca porque donde no llegan sus piernas, siempre aparece el corazón del charrúa.
El centrocampista del Real Madrid es el socio perfecto de todos por el gran abanico de recursos que tiene dentro de su juego, el cual está ampliando a pasos agigantados. A pesar de tener solo 22 años es un jugador muy maduro y centrado, conocedor de sus virtudes y de sus limitaciones y un madridista enfermizo. Lleva el escudo y la camiseta blanca cosidos a su corazón y a su propia piel. Por eso, no le duele nunca nada cuando se trata de romperse el alma por el equipo que tanto amo. Así es Fede, un luchador incansable.
Sin embargo, Fede no solo tiene fortaleza en las piernas para ser el pulmón del equipo, sino que también la tiene en su cabeza, en su mente. Acaba de pasar por un momento complicado, una lesión que le dejó en el dique seco durante el mes más complicado que tuvo el equipo. Tras el encuentro contra el Valencia en Mestalla, sufrió una fisura en la espina tibial.
Consiguió regresar cuatro semanas después en el derbi ante el Atlético de Madrid, ya con el 2-0 en el marcador. Eso significó que no pudo estar ayudando a los suyos en esas tres finales que han terminado siendo claves para que el conjunto blanco retomase el vuelo. Sus ausencias en Sevilla, ante el Borussia Monchengladbach y en gran parte del duelo contra los rojiblancos fueron notadas por el equipo, pero más todavía por el mismo, que se moría por salir al césped a ayudar a los suyos.
No obstante, esos malos momentos ya pasaron y Fede ya está reintegrado con el grupo y ha disputado varios partidos de nuevo antes de que concluyera el año. Ahora solo quiere recuperar minutos y entrenamientos para recobrar esa gran confianza y volver a ser ese jugador imparable que fue antes de su lesión y que explotó en ese 2020. Dentro de su proceso de recuperación ha conseguido ser titular en dos de los últimos tres partidos, por lo que todo va viento en popa.
El comodín del medio
Fede Valverde tiene en el Real Madrid una de las labores más complicadas que tiene cualquier jugador del equipo. A pesar de no ser titular indiscutible, rango que sí ha alcanzado en algunos momentos de este genial año 2020, tiene la misión de ser el comodín que reemplaza a todos en el centro del campo. Así lo demandan su categoría futbolística, su valía y su polivalencia.
Ser el sustituto de Casemiro en el Real Madrid es difícil. Ser el reemplazo de Kroos es muy complicado. Y ser el recambio de Luka Modric es misión casi imposible. Pero ser el jugador al que apuntan todas las miradas cuando alguno de los tres falta es una tarea que solo puede realizar 'el pajarito'.
En ocasiones, en plantillas como el Real Madrid, no es tan importante jugar de titular o no, sino ser de la confianza del entrenador para que, falte el jugador que falte, siempre piense en ti y organice el equipo de manera que pueda entrar el jugador que tiene en mente, aunque tenga que modificar al resto o incluso al sistema. Algo así sucede con Fede Valverde, en ocasiones titular, pero siempre en la mente de Zidane cuando algo falla en el medio, ya sean lesiones, rotaciones o sanciones. Además, su enorme rendimiento ha obligado a Zidane a incluso modificar su sistema porque su presencia era necesaria para el equipo.
El año de Fede
El año 2020 ha sido complicado para todos y el Real Madrid no ha sido una excepción. Ha tenido idas y venidas, momentos buenos y no tan buenos. Fracasos como la eliminación en octavos de final de la Champions frente al Manchester City, pero también logros de gran importancia como la consecución de la liga más complicada de la historia, la de la Covid-19.
Sin embargo, si alguien recordará cómo comenzó este 2020, concretamente en Arabia Saudí, es Fede Valverde, quien se convirtió en el líder del equipo en aquella exótica Supercopa de España ganada ante el Valencia, el Barça y el Atlético de Madrid. Los blancos, que llegaron con bajas tremendamente importantes como las de Benzema, Hazard, Asensio y Bale. Sin embargo, allí apareció Fede Valverde para coronarse como el jugador referencia de un torneo que recibió la atención del mundo entero.
A partir de aquel éxito, la carrera y la importancia de Fede Valverde en el Real Madrid han ido in crescendo hasta convertirse en ese jugador determinante de la plantilla que aporta un derroche físico impagable, que tiene una gran inteligencia para jugar rápido y a pocos toques, que se adapta tanto a posiciones interiores como a demarcaciones más cercanas a la banda y que tiene una habilidad magistral para romper líneas en conducción gracias a su velocidad, su verticalidad y su desborde. Además, este año está aportando mucha más presencia ofensiva y disparo desde larga distancia, tal y como le pide Zidane.
Fede, que esta temporada ya lleva tres goles, uno de ellos para abrir la lata en la victoria del Camp Nou, recuerda con especial emoción aquella Supercopa de España en la que lo dio absolutamente todo. Por ello, sueña con repetir triunfo en unos pocos días en la Supercopa de 2021 y en que sea el inicio de otro gran año como lo ha sido para él este 2020, al menos en lo futbolístico.
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