Fede Valverde se metió en el corazón de los madridistas en la pasada edición de la Supercopa. Acumuló varias buenas actuaciones en la primera parte de la temporada 2019/2020, pero su gran estallido llegó en Arabia Saudí. Mantuvo ese rendimiento durante el resto del año, incluso con la pandemia de por medio. Fue su confirmación en la élite y el madridismo vio en él un jugador diferente a lo que había en la medular que tantos éxitos le había dado.
Su peso en el Real Madrid de la campaña pasada se mide, sobre todo, por su labor en la final frente al Atlético que no terminó evitando un gol de Álvaro Morata. Probablemente sea una de las expulsiones mejor vistas de la historia del fútbol. El uruguayo, con una entrada limpia y no violenta que evitaba que el delantero se presentase frente a Thibaut Courtois en un uno para uno, hizo dar un gran paso adelante a sus compañeros para levantar el título en la tanda de penaltis.
Eso ocurría justo hace un año, un 12 de enero. Ahora, quiere recuperar esa trascendencia en el torneo organizado en Andalucía. La realidad es que su temporada ha tenido varios altibajos, sobre todo afectado por una lesión que le tuvo un mes en el dique seco. Se perdió seis choques cuando, además, el equipo peor lo estaba pasando. Tras dos tropiezos en las últimas dos semanas, la plantilla le necesita ahora para llevarse una alegría con el primer trofeo del año.
El uruguayo, desde esa lesión, ha perdido trascendencia en las alineaciones de Zidane. Tanto es así que, tras su regreso, solo ha sido titular en dos ocasiones de siete posibles. No es una cuestión de que el entrenador haya dejado de confiar en él, si no que el francés ha optado por mantener un once más fijo y hacer menos cambios que con las rotaciones demenciales que, en otro tiempo, le dieron tantas alegrías y fueron motivo de títulos.
Esos 203 minutos que ha sumado en los últimos encuentros se han quedado un poco escuetos teniendo en cuenta que se esperaba que este año fuera el titular junto a Casemiro y Kroos en el once tipo. Esta cita que arrancará en Málaga este jueves para los merengues y que se espera que termine el próximo domingo en Sevilla con el trofeo en manos madridistas será importante para que el jugador uruguayo vuelva a dar un paso al frente.
Culpa de Modric
El estado de forma de Luka Modric ha sido el gran responsable de que esa transición no se haya completado, ya que el nivel de Valverde sobre el campo no ha sido malo. Terminaba contrato este verano y se ha ganado un año más vinculado con el primer equipo a fuerza de un fútbol digno de su nivel de Balón de Oro y un derroche físico de cuando tenía 27 años. El croata sigue muy inspirado y es difícil de dejar de contar con un jugador enrachado.
Pero Valverde fue fundamental en victorias como la del Camp Nou, además de sumar tres valiosos tantos en su cuenta particular que le sitúan en la parte alta de los goleadores del año. En 2020, debido a que tenía a toda la medular muy motivada, Zidane decidió darles continuidad apostando por los cinco centrocampistas, en otras ocasiones cuatro.
En esta Supercopa todo hace pensar que tendrá que ganarse un hueco entre tres puestos, ya que tiene disponibles a los extremos que estima titulares. El mejor Fede Valverde aún está por llegar y su gran rendimiento en 2020 hace presagiar que su techo es digno para hablar de un jugador del nivel más alto.
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