El Real Madrid llegaba a su partido contra el Alavés en una situación límite, otra vez. No era algo nuevo para los blancos esta temporada, sino que era una sensación que evocaba a un pasado reciente de ingratos recuerdos. Tras una semana desastrosa con las eliminaciones de Copa del Rey y Supercopa de España, los blancos estaban de nuevo contras las cuerdas, esta vez más en sensaciones que en números deportivos.
Aún así, una derrota en Mendizorroza y una victoria del Atlético de Madrid hubiera dejado la liga casi resuelta en el mes de enero. Por ello, el Real Madrid se puso el traje de gala, que este año tiene restos de rotos y arañazos que hablan de la supervivencia constante en la que se mueve el equipo. Ni Zidane, líder discutido de la tropa estaba para ayudar a los suyos. De todas formas, los blancos dieron la cara por su entrenador y hasta por Bettoni, e hicieron una gran primera parte de fútbol y goles en la que hasta Hazard fue protagonista.
El madridista está este año falto de muchas alegrías y con el partido del belga de ayer en Mendizorroza tiene algunos motivos para ilusionarse. No fue ni mucho el mejor partido de su carrera, pero sí el principio del camino correcto para crear su propia leyenda en el Real Madrid. Se trataba de su sexto partido tras su última lesión. Titularidad y algo más de una hora de juego con muchos pasajes de cierta brillantez.
A pesar de partir desde la izquierda, el belga le dejó todo el carril zurdo a Mendy para que el francés aprovechase su zancada y él aparecer en zonas más interiores. Hasta que encuentre su punto de forma óptima y pueda mostrar esa chispa que tenía en el Chelsea, jugar por dentro es la mejor opción. Más compañeros para asociarse, menos campo por recorrer y la posibilidad de jugar en espacios reducidos donde un jugador con la calidad del belga es capaz de hacer diabluras. Además, la movilidad de un delantero como Benzema le permite aparecer y desaparecer en distintas alturas para ser indescifrable en la defensa.
Gracias a su nueva zona de influencia pudo contribuir decisivamente en dos goles del equipo, algo que le da confianza para seguir creciendo día tras día. En el segundo del equipo, supo aprovechar un tímido desmarque de arrastre de Modric que se llevó con él a un defensor. Hazard apareció justo en su espacio para tocar sutilmente un balón que cayó en los pies de Benzema que, tras recortar, la puso en la escuadra. Un leve toque, pero con la sensación de entenderse a las mil maravillas con el galo.
Después aprovechó una salida del francés de su zona de acción para coger su hueco y castigar la espalda de los centrales. Kroos recuperó el balón en el centro de campo, vio su desmarque y le sirvió un balón medido de zurda. Hazard controló con maestría y batió a Pacheco con mucha clase. Segundo gol de la temporada y sonrisa al cielo. Hazard quiere volver y está peleando por ello.
Benzema y Casemiro
Antes del gol del belga, que era el 0-3 que ponía fin a una genial primera parte, había llegado el citado tanto de Benzema, una obra de arte del francés que con tres toques colocó el balón en la escuadra ante lo que Pacheco solo pudo mirar y aplaudir. El galo tuvo ocasiones en el primer tiempo para haber marcado alguno más, pero no fue hasta la segunda mitad cuando anotó a la contra el cuarto del Madrid y el segundo en su cuenta particular. Pase genial de Modric, que junto a Kroos hizo un partido excepcional, a la banda izquierda, Benzema encaró, se adentró en la zona de peligro por el pico del área en diagonal a la portería, y con un genial disparo al palo largo puso la sentencia.
Si Benzema fue decisivo en el partido con su noveno y décimo gol del campeonato que le meten en la lucha por el pichichi, también lo fue Carlos Henrique Casemiro, un especialista abriendo la lata. El centrocampista del Real Madrid se está destapando como un gran goleador en el equipo blanco. Ya ha anotado 30 tantos con la camiseta del Real Madrid y este año suma 5, muchos de ellos para inaugurar el marcador.
Ayer, en Mendizorroza, de nuevo anotó el 0-1 con un sensacional testarazo de cabeza que dio comienzo a los mejores minutos del Real Madrid en muchas semanas. Líder en el terreno de juego, pero también en la moral de un equipo que nota esa falta de espíritu cuando falta Sergio Ramos. 'Case' ha sabido tomar ese rol y ya es todo un capitán en la sombra y el guardián de los brotes verdes que el Madrid mostró en Mendizorroza para su resurrección tras una semana negra.
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