El Atalanta no es flor de un día después de que en 2020 demostraran al mundo su potencial enarbolando la bandera del cambio del estilo futbolístico imperante. En unos años en los que Inter y Milan han perdido la trascendencia que tenían en la Champions League, desde Bérgamo se han propuesto ser la alternativa a una Juve que no ha ganado esta competición en el siglo XXI. Al menos ese ha sido el sino de un tal Antonio Percassi
Detrás de todo este camino hay una historia para que 'La Diosa' ('La Dea' en italiano) empezara a ser venerada en todo el continente europeo. Hablar de este equipo del norte de Italia no es hablar de un histórico precisamente. Solo han cosechado una Copa en los 60, aunque ha estado hasta en 59 veces en la Serie A. Pero las cosas han cambiado desde la última década. Todo esto está ligado a un mismo nombre.
El hombre que puso la primera piedra para que Bérgamo se situase en el mapa del fútbol de Europa fue Antonio Percassi, el actual propietario de la entidad. Además de hacer el equipo que ha formado y que tanto está dando que hablar, sobre todo por el partido de este miércoles ante el Real Madrid en la máxima competición continental, se hizo con el estadio Atleti Azzurri d'Italia, actual Gewiss Stadium, y también ha hecho que sea un ejemplo de gestión en lo económico.
Su influencia en toda Italia contrasta con su forma de ser reservada, pero es uno de los hombres más poderosos del país. Separado, pero familiar con sus seis hijos, Percassi se ha hecho un nombre en la industria y no hay nadie en Bérgamo que no le conozca. Es el 35º más rico de la nación y sus negocios le dan unos beneficios de más de 800 millones de euros al año. Su fortuna pasa de los 1.000 millones, pero todo esto nació de la nada.
Así crea su imperio
Fue jugador del club durante siete años, antes de salir lejos de Lombardía, donde no duró mucho. Las crónicas de la época hablan de un defensa central duro, cualidad que le llevó a jugar 110 partidos en la élite, aunque solo una temporada en la Serie A. En 1977 le enviaron al Cesena, donde duró concretamente dos partidos antes de decidir que se retiraría.
A los 23 años da el salto del césped a los despachos y la conexión con Luciano Benetton le abre las puertas del olimpo. El apellido no es casualidad, se trata del precursor de la famosa marca de ropa italiana. Esa alianza le llevó a abrir la primera tienda en Bérgamo a los 25, lo que será la primera piedra de un auténtico imperio. Con el paso de los años relanzó United Colors para convertirlo en una referencia de la moda mundial.
Ese sería el primer paso para crear un holding en el que colabora con marcas de la altura de Gucci, Guess, Ferrari, Nike, Starbucks o Victoria's Secret. Odissea Srl es el epicentro de este auténtico lobo de los negocios. Franquicias de textil, empresas del sector agroalimentario, centros comerciales o el mundo de la restauración, con una cadena de restaurantes muy importante en Italia, componen este parque que ha convertido a Percassi en un hombre de referencia.
Su bebé que ahora está emancipándose es Kiko Milano. Es raro no encontrarse por el mundo con una franquicia de esta empresa de cosméticos. Fue en 1997 cuando le dio impulso a esta idea que tuvo junto a su familia, que ha ido ampliándose hasta el punto de que ha vendido participaciones a fondos de inversión. Estos movimientos tienen como objetivo aumentar aún más la apuesta para afianzar estas letras en todo el globo. Ahora tiene hasta un pueblo, Crespi d'Adda, declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
Todo esto le permitió conseguir la confianza de Amancio Ortega, que ve en él su homólogo italiano para gestionar la introducción de Zara en el país transalpino. En 2001 pone la primera tienda de esta empresa española en el Corso Vittorio Emanuele de Milan, así como llenó las calles aledañas al Duomo de otras marcas importantes gracias a su influencia. No sentó igual de bien cuando puso un Starbucks en esta ciudad de tradición cafetera.
Amor 'bergamasco'
Mientras crecía su influencia en el mundo empresarial, se convirtió en presidente de la entidad. Entre 1990 y 1994 estuvo involucrado con el club de sus amores, donde quería triunfar en el mundo del fútbol cuando corría por las calles de la pequeña localidad de Clusone, a 20 kilómetros de Bérgamo. Esa primera experiencia le marcaría para, cuando su capacidad económica se lo permitiera, pudiera hacerse con la entidad.
En 2010 se convierte en propietario y comienza el cambio que ahora está dando sus frutos acabando con la etiqueta de equipo ascensor, consiguiendo, inmediatamente, el ascenso a la Serie A de forma definitiva. Aunque desde ese año vendió a algunos jugadores importantes, cuyo dinero y una entrada de capital permitió la compra y la reforma del estadio citada anteriormente, prometió que "bombardearía" la competición; no cabe duda ahora de que lo ha hecho.
El 'click' definitivo fue la confianza en Gian Piero Gasperini en 2016, que ha transformado ese honor para hacer de su Atalanta una de las referencias de Europa actualmente. Llevó 26 años después al equipo a una competición continental. Primero fue la Europa League, pero en 2019 consiguió esa clasificación para la Champions League que le destapó como uno de los entrenadores de referencia. Solo el PSG consiguió frenarles la pasada temporada, ahora buscan dar la sorpresa ante el Real Madrid.
Además, su apuesta por un equipo fuerte de ojeadores que localice temprano a las jóvenes perlas del mundo le ha permitido descubrir y formar a jugadores como Bastoni, Conti, Gagliardini, Kessie y Kulusevski. Ese mismo camino quieren llevar con los Ruggeri, Pessina, Miranchuk o Lammers. En parte, por su calidad pasará esta eliminatoria que comienza en su casa este miércoles. Hacer la machada sería otra mueca en la acertada gestión de Antonio Percassi.
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