Luka Modric es un jugador de un valor incalculable. Lo demuestra casi en cada partido. Siempre se habla de que el mayor mérito de futbolistas como Cristiano o Messi es que han conseguido mantenerse al máximo, al más alto nivel, durante 15 años. No han tenido un solo bajón en toda su carrera deportiva y eso es algo que no ha conseguido ninguno de los grandes. Sin embargo, Modric no se queda atrás en eso.
El jugador croata se convirtió hace muchos, muchos años en el mejor centrocampista del mundo. Lo extraño es que no tiene pensado bajarse de esa condición ni el día que cuelgue las botas. Seguirá jugando con su familia en el jardín de su casa y le seguirán llamando para las galas de premios porque nunca habrá otro como él.
Cuántos jugadores con su menudo físico habrían renunciado a darlo todo por ser líderes en el mundo e incluso por romper la supremacía de Messi y Cristiano. No hay que olvidar que el centrocampista del Real Madrid consiguió arrebatarles un balón de oro, consiguió colarse entre los dos genios, algo que no pudieron hacer otros como Neymar, Bale, Griezmann, Lewandowski o Ibrahimovic, algunos de los mejores futbolistas del mundo en estos últimos años.
Modric fue, es y será un auténtico estandarte del buen fútbol, del trabajo físico, de la calidad, del compañerismo, el jugador que todo entrenador desea, que todo técnico sueña tener para ser su prolongación en el césped. Ese es su estatus en el mejor club del mundo y lo es también en la selección de su país, esa que consiguió llevar hasta la final de un mundial después de haber ganado la Champions con el Real Madrid.
Esta sábado, Modric ha conseguido convertirse en el jugador que más veces se ha puesto la camiseta de Croacia en la historia, 135, superando a Dario Srna. Este es un récord que habla muy bien no solo del talento y de la capacidad de Modric, sino también de su constancia, de su entrega y de su capacidad para no rendirse nunca. Desde que debutó en el año 2006 en un partido contra Argentina, Modric se ha convertido en un referente absoluto del fútbol croata, en uno de sus mayores estandartes y en uno de los mejores exponentes de su deporte de toda la historia. Y así sueña con demostrarlo en la próxima Eurocopa de este verano.
Líder del Madrid
Este récord y este reconocimiento le llegan con 35 años y en una temporada en la que se ha convertido de nuevo en una pieza básica en el Real Madrid. Modric no pasa bajones, pero el nivel que está demostrando este año obliga a pensar que no tiene fecha de caducidad. Es como si siempre fuera a estar ahí, con sus cambios de ritmo, sus bicicletas, sus controles orientados y sus golpeos de exterior.
Modric es una pieza básica en el Real Madrid de Zidane como lo ha sido todos estos años en el club ganador de 4 Champions en 5 años. Desde que aterrizara en la capital de España, el croata ha demostrado saber adaptarse a cualquier sistema y estilo de juego, a posiciones más o menos adelantadas y a hacer todo tipo de funciones. Es ya un futbolista total que añade a su juego goles y asistencias, pero sobre todo una calidad inagotable, que parece no tener fin.
Modric es la brújula de este Real Madrid y junto a Toni Kroos ha formado una pareja histórica. Juntos podrían formar la mejor medular de todos los tiempos del mejor club del mundo. Ahí es nada. De momento, siguen siendo el eje del conjunto blanco y los principals responsables de que el cuadro merengue vuelva a funcionar en este final de temporada en el que está ofreciendo su nivel más alto.
Un descanso necesario
Sin embargo, en el madridismo empieza a nacer una preocupación y es hasta cuando durará este talento inagotable de Modric. Su calidad está fuera de toda duda, pero su físico tiene un límite que no está muy lejano. El Real Madrid se juega todas sus opciones de la temporada en las próximas semanas y la preocupación por el estado de una de sus estrellas es real. Modric es básico y por ello es necesario que rote cuanto antes para que no estalle antes del tramo decisivo.
Con Croacia ha disputado 180 minutos hasta el momento, los dos partidos completos. Se espera que en el tercero, ante Malta, pueda descansar, lo que significará un alivio para el Real Madrid y el fin a una racha absoutamente frenética. Modric ha jugado 29 partidos de forma consecutiva, los últimos 29 en los que ha estado disponible. No ha salido en ninguno de ellos por descanso, rotación o decisión técnica. Una absouta locura.
Además, de esos 29, en 28 ha sido titular, y gran parte de ellos ha jugado los 90 minutos a una exigencia altísima. Eso provoca que esté ya por encima de los 2700 minutos este curso. Números que sin duda deberán estudiar en el Real Madrid para que Modric pueda descansar cuanto antes y coger aliento antes de que la lucha por el doblete entre en la recta decisiva. Que Modric ilumine al madridismo es cuestión de descanso.
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