El Real Madrid, aunque a muchos se les haya olvidado, sigue siendo el vigente campeón de liga. El trabajo incansable desde muchos sectores por pintar los éxitos blancos con el color del pasado ha calado hondo en buena parte de los aficionados, pero no en todos, ya que siguen quedando algunos valientes que se atreven a recordar con fundamento quien levantó el pasado año La Liga más difícil que se recuerda.
Pues ahí está de nuevo ese equipo al que daban por muerto, por enésima vez en mejor disposición que nadie para alzar el título. Para ello debe hacer un sprint final de liga inmaculado, pero la confianza tras el duro revés europeo ha vuelto a aflorar en un vestuario que quiere cerrar este curso tan duro con un triunfo que sabría a gloria como ya lo hizo el del pasado año.
Una oportunidad única
La Liga llega a su fin y después de 35 jornadas, 34 todavía para algunos, la pelea por el título y por otros objetivos sigue estando en un puño. Se podría decir que solo hay una cosa clara, los que ya tienen el billete para la próxima Champions. Sin embargo, son esos cuatro mismos los que están peleando por una liga que nuevo le ha caído al Real Madrid en las manos. En su poder está retenerla para poder celebrarla de aquí a unas semanas.
El azar, la fortuna o la responsabilidad divina de las copas con los campeones ha querido que tanto Atlético de Madrid como FC Barcelona le presenten en bandeja de plata el trofeo a los blancos. Tras el empate en el Camp Nou de este sábado, los de Zidane tiene ante sí la oportunidad de ganar esta liga si consiguen vencer en los cuatro partidos que faltan. Es una oportunidad única, teniendo en cuenta la enorme igualdad que se ha desarrollado durante todo el curso, poder llegar en esta situación dependiendo de uno mismo. Y en esas está el Real Madrid ahora.
Su misión no es otra que sumar estos doce puntos que restan, empezando por los tres de este domingo con el Sevilla, para poder volver a cantar eso de "¡campeones, campeones!" como ya hicieron hace unos meses. Ya no valen las cuentas de Koeman o Laporta y que pertenecían al Atlético de Madrid. Ahora, quien de verdad ganará si lo gana todo, es el Real Madrid, quien ya acaricia su liga número 35.
La 'vieja guardia' manda
El Real Madrid ha hecho en los últimos años muchos fichajes ilusionantes, algunos de ellos de jóvenes promesas, tanto nacionales como extranjeros. Sin embargo, pocos han dado ese paso al frente que se necesita para triunfar en un club de la entidad de la 'Casa Blanca'. Además, esos que sí han brillado en ocasiones puntuales han carecido de la regularidad necesaria para poder llevar las riendas del equipo. Por ello, es la 'vieja guardia' quien vuelve a estar al frente de un reto mayúsculo como sería el de ganar La Liga este año, con casi 60 bajas y con una desventaja que superaba los 10 puntos.
Pero ahí están, una vez más, dando la cara ante la adversidad. Esa 'vieja guardia', de la que ya cada vez van quedando menos, ha estado liderada un año más por un excelso Karim Benzema. El delantero francés ha sido el faro del equipo, el líder dentro y fuera del campo y el goleador que ha hecho al Real Madrid volver por la senda de la victoria hasta plantarse, a cuatro partidos del final, dependiendo de sí mismo.
Sin embargo, Benzema no ha estado solo, ya que en el centro del campo ha tenido a tres clásicos de un equipo de leyenda que quiere sumar un título más a sus vitrinas. Kroos, Casemiro y Modric, con sus picos y sus valles, con sus idas y venidas, han vuelto a ser una vez más piezas claves para Zidane y casi insustituibles. Todos ellos, sin Champions ni competiciones extra que afrontar, se olvidarán de las rotaciones e intentarán dejarse la vida una vez más para traer otro trofeo a casa.
A esa 'vieja guardia' se han sumado otros componentes que, a pesar de su experiencia y veteranía, no esperaban ser protagonistas a estas alturas. Ambos están en la defensa. Uno de ellos es Nacho, quien ha recibido la llamada de emergencia ante las bajas de Varane y Sergio Ramos y ha dado la cara con actitud y valía. Junto a Militao forma la pareja de centrales más en forma del mundo y ha llenado de madridismo y de sentimiento una defensa que por momentos parecía un puzzle. A él se une un viejo rockero que ya dio sus mejores conciertos como Marcelo. El brasileño, condenado al ostracismo las dos últimas temporadas, se ha convertido en protagonista por las ausencias de Mendy y ahí estará, desde su carril izquierdo, para hacer su servicio por el título.
Ganar antes de cambiar
Bien es sabido que el verano se presenta movidito en las oficinas del Real Madrid. El club está decidido a acometer esa renovación de plantilla que se ha aplazado en las últimas temporada y que tendrá en esta época estival su mayor esplendor. Tal y como ha informado en EL BERNABÉU, el Real Madrid prepara cambios importantes con la llegada de una estrella, con la necesidad de reforzar de gol el equipo y con la realización de varios movimientos de piezas para volver a tener la plantilla de Europa. Mbappé, es el deseado, pero otros nombres como Alaba también serán las caras nuevas del Real Madrid 2022.
Sin embargo, qué duda cabe que hacer esa renovación y esa transición con un título de liga será mucho más fácil y mucho más dulce, sobre todo para aquellos que no vayan a seguir. Nombres como los de Ramos, Varane, Lucas, Isco, Mariano, el propio Marcelo y hasta Zidane están ahora mismo en duda para la próxima temporada y ganando, las cosas se llevan mejor. En quien más se confía para que siga es en el técnico, pero como él mismo dice, el futuro nadie lo sabe y todo puede pasar. El Madrid está preparado para que pasen cosas, pero quiere hacerlo con una liga más en las vitrinas y para ello vuelve a confiar en su vieja guardia. Cuatro partidos para el éxito.
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