Nadie duda a la hora de situar al Inter entre uno de los grandes de Europa, aunque la última década ha dejado a este club muy tocado. Una entidad de más de 110 años de historia no estaba a la altura de lo que la tradición decía. El mejor club italiano del siglo XXI permaneció dormido los últimos diez años hasta que la temporada pasada levantaron la decimonovena Serie A. Eso no evitó que el club tuviera que hacer otra renovación radical que acababa con el entrenador y varias estrellas este verano.
La entidad italiana ha vivido sumida en una profunda crisis hasta que se completó su venta al capital chino de Suning en 2016. Este gigante comercial ocupa los primeros puestos en la clasificación de las 500 mayores empresas chinas no estatales, con unos ingresos anuales de cerca de 69.000 millones de euros. Jindong Zhang colocó a su hijo para que fuera el hombre que llevase a buen puerto esta importante inversión de 270 millones de euros para hacerse con el 70% del club.
La llegada de uno de los dirigentes más jóvenes del fútbol europeo, Steven Zhang, fue un colchón para una caída libre irrefrenable. Presidente a todos los efectos desde sus 26, momento en el que fue nombrado en su actual cargo por la junta, en tiempo récord ha visto al equipo volver a codearse con los mejores. Un Inter que estaba casi en ruinas y que en 2018 y 2019 quedó a 24 y 21 puntos del campeón de la Serie A, la Juventus. En 2020 la diferencia se ha reducido a solo un punto y el equipo se coló en la final de la Europa League.
Su inyección de capital fue vital para paliar una deuda casi irreparable, heredada de una pésima gestión que acabó con un equipo sin brillo en comparación con el que ganó la Champions League en 2010. Zhang saldó algunas de las deudas que tenía el club y cerró las cuentas con unas ganancias de 417 millones de euros. Esos beneficios permitieron que hayan aterrizado en Milán futbolistas como Romelu Lukaku, Diego Godín, Christian Eriksen, Alexis Sánchez o Achraf Hakimi. Pero la Covid-19 frenó este crecimiento.
Recortes
Ha necesitado aún más ayuda en este 2021 después de la crisis derivada de la pandemia. En un principio optaron por sumarse a la Superliga Europea, pero los problemas que está teniendo para ponerse en marcha le hicieron huir alineándose de nuevo a la UEFA. La deuda del grupo propietario del Inter es muy elevada, con 1.000 millones de euros en bonos que vencen a final de año. Además, entre el 1 de julio y el 31 de diciembre de 2020 vio cómo las pérdidas se duplicaban pasando de 32,7 millones de euros en 2019 a 62,7 millones.
La venta de Lukaku y Achraf, entre otros jugadores, y la salida de Antonio Conte se debe a la obligación por parte del grupo de inversión Oaktree Capital Group a recortar en salarios hasta un 20%. Este ente fue el que llegó al rescate de Suning, que le ofreció un préstamo de 275 millones de euros o la entrada en la propiedad del Inter haciéndose cargo de un 31%, con un valor de 166 millones. Finalmente optaron por la primera.
Este año han ingresado 197 millones de euros deshaciéndose de varios jugadores, una cantidad a la que habría que añadir sus altos salarios. Los 115 millones por Lukaku han tenido gran parte de la culpa de este mercado tan productivo, unidos a los 60 por Achraf. Solo han gastado 36 en seis fichajes: Dzeko, Çalhanoglu, Vanheusden, Dumfries, Correa y Darmian. Un verano lleno de austeridad que se ha notado en la plantilla, aunque están obligados a luchar por Europa en la Serie A.
El plan de Inzaghi
El Inter que se encontrará el Real Madrid este miércoles será una plantilla inferior a la de la temporada pasada, pero con las armas suficientes para dar el susto en el Giuseppe Meazza. Después de tener un gran estreno en la Serie A goleando al Génova, han sufrido para ganar al Hellas Verona y terminaron empatando ante la Sampdoria.
Simone Inzaghi, que llegó este verano después de varias temporadas de éxito en la Lazio, parece tener una idea fija y en estos encuentros no ha cambiado su once. Solo la baja de Bastoni le ha hecho cambiar su defensa. De Vrij y Skriniar completan la línea de tres habitual, con Darmian y Perisic en los carriles. Barella, Çalhanoglu y Brozovic son los protagonistas de la sala de máquinas que tratan de nutrir de balones a Lautaro Martínez y Edin Dzeko.
Lautaro sigue siendo su principal baza ofensiva y el argentino quiere demostrar en Europa que tiene un nivel superior al resto de sus compañeros. El argentino, después de ganar la Copa América este verano, está listo para ser protagonista en la competición continental. A sus 24 años y después de un mercado de traspasos en el que también sonó para salir, el de Bahía Blanca quiere superar ese listón que le han subido al darle toda la responsabilidad del ataque del Inter.
Además, Nicolo Barella, después de una gran Eurocopa, está ante la temporada de su confirmación liderando el centro del campo de Inzaghi. Es el jugador más talentoso del equipo y probablemente de toda Italia. Representante de la nueva generación de futbolistas que lograron levantar el título continental este pasado verano, también tiene la responsabilidad de que su equipo juegue buen fútbol.
No es un Inter que atemorice a Europa como en el pasado, pero sí tiene calidad individual para darle un disgusto a cualquier equipo del continente. El Real Madrid tiene la mala experiencia del año pasado de sufrir hasta el último momento para clasificarse. Este miércoles se reeditará un clásico del fútbol europeo, en un estadio como el Giuseppe Meazza y se juega en la Champions League; hay suficientes alicientes para que sea un encuentro de altura.