El Real Madrid ha logrado convertirse en una referencia de gestión económica en los últimos años. Sin embargo, ha sido estas dos temporadas pasadas donde la crisis de la Covid-19 ha afectado más a las entidades cuando se ha confirmado el buen hacer en la entidad de la capital española. El club presidido por Florentino Pérez está luciendo unas cuentas muy optimistas y, además, ha acertado con sus decisiones deportivas.
El conjunto entrenado por Carlo Ancelotti, de hecho, está rindiendo a uno de los mejores niveles de los últimos meses. Y, como muestra de ello, está el liderato absoluto de La Liga y la buena dinámica en una Champions League donde el resto de clubes españoles están sufriendo más de lo esperado. La gestión de la plantilla, y por ende de la economía del equipo, ha acabado dando la razón a las altas esferas madridistas.
El Real Madrid, por el momento, ha conseguido salvar más de 40 millones de euros en plena crisis económica por la pandemia. Mientras clubes como el Fútbol Club Barcelona han anunciado pérdidas de 500 millones de euros, el conjunto del Santiago Bernabéu ha cerrado los dos últimos ejercicios con más de un millón de beneficios. Además, ha multiplicado su límite salarial hasta situarse en casi 740 millones.
Algunas de las decisiones más importantes tomadas han llegado este verano en el apartado de las renovaciones. La más polémica y comentada fue la de Sergio Ramos. El ya excapitán del Real Madrid, peso pesado del vestuario e histórico del equipo merengue, acababa contrato en 2021. El club le presentó una oferta en diciembre y Ramos esperó hasta finales de temporada para responder. Ya era tarde y tuvo que asumir su marcha de manera gratuita. Pese a no ingresar, el Real Madrid logró ahorrarse los 24 millones de euros brutos que ganaba por temporada.
Sergio Ramos, además, no ha conseguido recuperarse de los problemas físicos que le afectaron la temporada pasada en el Real Madrid. Por lo tanto, la entidad española ha esquivado una renovación que, a la vista de lo sucedido en el Paris Saint-Germain, no habría dado demasiados beneficios al rendimiento del equipo.
Una situación similar a la de Raphaël Varane, cuya marcha se produjo en condiciones diferentes a las de Sergio Ramos. El francés tenía contrato hasta 2022 y el Real Madrid le presentó las respectivas ofertas de renovación. Varane, decidido, acabó saliendo al Manchester United a cambio de 50 millones de euros para el Real Madrid. Además, la entidad se ahorraba un salario que se acercaba a los 12 millones brutos por curso y que, en caso de haberse renovado el contrato, podría haber aumentado a los 16.
Una estrategia clara
Las decisiones con Sergio Ramos y Raphaël Varane, sin embargo, no son las únicas que han dado la razón a los gestores del Real Madrid. El equipo ha logrado rearmar su línea defensiva con Militao y Alaba rindiendo a gran nivel mientras que sus 'ex' no terminan de encontrar el éxito deportivo que esperaban. Algo que ya ocurrió en su día con otros como Mateo Kovacic y que puede repetirse con Odegaard.
El caso del croata generó algo de tensión entre los aficionados. Especialmente por las declaraciones de Kovacic sobre su estancia en el Real Madrid. Tras salir cedido al Chelsea tuvo claro que no quería regresar a la capital. El club acordó un traspaso y aquel centrocampista que llegó por unos 30 millones de euros salió en 2019, justo una temporada antes de la explosión de la pandemia, a cambio de 45 millones. Su gran salto en la Premier League sigue sin producirse.
Martin Odegaard, por su parte, ha vivido algo similar en verano. No quiso pelear por minutos y salió rumbo al Arsenal. El noruego dejó unos 40 millones en las arcas del Real Madrid después de su fichaje con 16 años a cambio de menos de 5 'kilos'. El club, lejos de dejar debilitada la posición, ha incorporado a un joven con proyección como Camavinga a cambio de 30 millones fijos.
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