Nuevo brote Covid en el Real Madrid. La vuelta del parón navideño trajo consigo en el vestuario blanco malas noticias con los contagios de hasta cuatro jugadores: Vinicius Jr, Thibaut Courtois, Eduardo Camavinga y Fede Valverde. Todos ellos son dolorosos para los planes de Carlo Ancelotti, pero el último quizás lo es aún más para el propio jugador. Los últimos 13 meses han sido de pesadilla para el uruguayo.

Hace tiempo que Valverde dejó de ser considerado una promesa para pasar a ser una realidad. A sus 23 años, en el club auguran un futuro lleno de éxitos de un centrocampista que aterrizó en el Castilla en 2016. Desde entonces, no ha dejado de crecer y se ha acabado confirmando como uno de los elegidos para llevar a cabo el relevo de un centro del campo legendario: Casemiro, Modric y Kroos.

Que la CMK siga a un nivel sobresaliente por muchos años que pasen es la principal razón que, a día de hoy, Valverde no sea indiscutible. Ni mucho menos es algo negativo para él que la presencia de sus tres compañeros esté perdurando más de lo que todos podían esperar. Es más tiempo de maduración y aprendizaje a la sombra de tres titanes. Además, Valverde ya ha tenido colgado el cartel titular en más de una etapa en los últimos años.

La otra razón de que no se vea más de Valverde es el calvario por el que ha pasado desde noviembre de 2020. En un partido contra el Valencia, un 8 de noviembre, sufrió su primera lesión relevante como jugador del Real Madrid tras dos temporadas completas esquivándolas. Una lesión en la espinilla que le hizo perderse seis partidos y 32 días de competición con el equipo entonces dirigido por Zinedine Zidane.

Un bache en el camino, aunque nadie se imaginaba lo que le iba a tocar pasar a Valverde durante los siguientes meses. Casi un mes después de regresar, ya en enero de 2021, cayó otra vez lesionado por un problema muscular que le apartaría cinco semanas y le haría perderse otros siete partidos más. El partido en el que se rompió fue en el de la debacle copera contra el Alcoyano, en el que acabó forzando por el equipo y jugó los 120 minutos.

En marzo regresó al equipo y en abril le vino un doble castigo: lesión y positivo en Covid. Antes de su contagio llegó a jugar contra el Liverpool en Anfield con el tobillo muy hinchado y, encima, actuando de lateral. Otra vez lo dio todo por el equipo. Días después saltaba el positivo en coronavirus y tenía que perderse cuatro partidos más.

Una nueva temporada llegaba y para Fede Valverde, con un nuevo entrenador, Ancelotti, era la oportunidad de resetearse de todos los males del curso anterior. Una lesión de Kroos le daba la responsabilidad de ser titular en la primera fase de la temporada y cumplió con creces: 10 partidos seguidos como titular en el Madrid y entremedias otros seis con Uruguay. Pero en octubre todo lo malo se volvió a juntar.

Primero que Ancelotti quiso recuperar la CMK para instaurar una identidad en el equipo que todavía se mantiene y segundo porque se volvió a romper. Fue en el Camp Nou, el pasado 24 de octubre, en un partido en el que no fue titular y en el que tras solo 15 minutos en el campo se lesionó y tuvo que retirarse. Sufrió una torcedura que le iba a apartar un mes del equipo, perdiéndose seis partidos.

Su reciente baja ha coincidido con el mejor momento del Real Madrid de la temporada. Ancelotti reconoció que eso había afectado a jugadores como él, puesto que no se atrevía a tocar mucho el equipo viendo la racha de victorias por la que pasaba. Valverde se reincorporó a finales de noviembre y para los últimos partidos del año, entre el brote de Covid y el descanso que alguno necesitaba, volvió a entrar en la rotación.

Pero la mala suerte se ceba con Valverde para cerrar un 2021 amargo. Segunda vez que da positivo en Covid durante el año y otra vez a parar. De primeras, se perderá el partido contra el Getafe, el primero de 2022, y luego su regreso lo marcará el tiempo que tarde en dar negativo. Fede se despide del año que debía ser el de su explosión definitiva y que se convirtió en un calvario.

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