El pasado 1 de junio, el Real Madrid anunciaba la contratación de Carlo Ancelotti como entrenador del primer equipo. Volvía el hombre de 'La Décima' en sustitución del que un día fue su aprendiz en el banquillo, Zinedine Zidane. Tras la marcha traumática del técnico francés, se necesitaba recuperar la calma y el elegido, tras haber sonado un carrusel de nombres, fue el hombre tranquilo. A punto de acabar el año, no hay dudas de que se tomó la decisión acertada.
Sorprendió a algunos la vuelta de Ancelotti. Habían pasado seis años de la última vez que dirigió al equipo blanco y, con 61 años (ahora 62), parecía que su carrera como entrenador ya iba por el camino de afrontar retos de menor exposición mediática, como lo era el Everton. Pero de repente sonó su teléfono y la ceja se levantó: era el Real Madrid. No podía decir que no a volver a la que siempre consideró su "casa".
"Creo que vamos a repetir algo bueno en este nuevo desafío en el Real Madrid", decía en la presentación llevada a cabo en la Ciudad Real Madrid. Por delante tendría varios retos mayúsculos para reflotar la nave blanca, que si bien había peleado La Liga hasta la última jornada y llegó a semis de Champions League, daba signos de agotamiento tras quedarse sin ganar un título por primera vez en once temporadas.
Ancelotti regresó, como lo hicieron Antonio Pintus y Luis Llopis, artífices importantes de los éxitos de la era de las tres Champions seguidas junto a Zidane. Entre los tres han formado un frente técnico sin fisuras, al que se suma Davide Ancelotti, hijo de Carletto, que lleva aprendiendo durante años de su padre y, con sus propios conocimientos, es la segunda voz del entrenador italiano.
La primera evaluación de la plantilla fue más indulgente de lo que cabía esperar para algunos, pero Ancelotti sí tenía una premisa clara: era demasiada larga. Durante el verano hubo seis salidas, la de mayor peso la de Sergio Ramos, al que siguieron Raphaël Varane, Martin Odegaard y varias salidas a préstamos (Brahim Díaz, Take Kubo y Odriozola). Como refuerzos no llegaron muchos, pero sí los indicados: David Alaba y Eduardo Camavinga.
Sin la guinda de Mbappé, que le llegará en 2022, Ancelotti armó un equipo con un once tipo claro y varios futbolistas, al estilo Valverde o Camavinga, que sumarían desde segunda línea. Pronto quedó esto claro, pero fue el tiempo el que perfiló su idea. Una frase que dijo en su primera rueda de prensa acabó siendo reveladora: "Hay otro juez que es el campo y todos deben demostrar que quieren jugar en el Real Madrid".
El maestro dio un revolcón al proyecto 'heredado' de Zidane, pero el principal cambio tiene nombre propio: Vinicius Jr. El brasileño ha explotado en los últimos meses, desatando su desborde y verticalidad eléctrica y volviéndose letal en lo que antes fallaba: su definición de cara a puerta. Él mismo reconoce que el motivo principal de su transformación ha sido la confianza que desde que llegó le dio Ancelotti. Junto al mejor Karim Benzema que se haya visto siempre, el Madrid ha recuperado el gol.
Bajo el paragüas del salto dado por Vinicius, durante la primera mitad de la temporada se ha visto también una evolución clara en otros compañeros, como Rodrygo, y Ancelotti ha recuperado para la causa a varios que parecían perdidos, como Asensio y en última instancia Jovic. Incluso, parecía que el italiano iba a conseguirlo con Gareth Bale a comienzos de curso, pero las lesiones volvieron a hacer desaparecer al galés.
De las pocas notas negativas que hay están el citado Bale y, sobre todo, Eden Hazard. Ancelotti no ha podido hacer lo que tampoco pudo Zidane, pero a diferencia de este ha terminando desistiendo para dar protagonismo a otros que se lo iban ganando en el campo. Los últimos meses han sido los que, definitivamente, han apartado al belga de un rol principal en el Real Madrid. Él y otros como Marcelo, Isco y Bale (los tres sin minutos y los tres acaban contrato en junio) son los señalados para irse a final de curso.
Poco a poco se han ido definiendo los puestos de cada uno: Alaba, por ejemplo, tras llegar a probar como lateral zurdo es pilar de la defensa junto a un crecido Militao, la izquierda es de Vinicius y eso es innegociable hasta para el futuro, la CMK perdura en el tiempo... Como en aquella mágica temporada 2013/2014, hoy todo madridista puede decir de carrerilla el once que más le gusta al entrenador.
Favoritos a todo
Los resultados hablan del éxito de Ancelotti: cuatro empates, dos derrotas y el resto (19) todo victorias. El Real Madrid no pierde un partido desde el 3 de octubre y durante siete semanas (disputando diez partidos) no conoció otro resultado que fuera el triunfo. A eso se le suma que Benzema, con quince goles, y Vinicius, con diez goles, son primero y tercero, respectivamente, en la tabla del Pichichi de La Liga. Courtois, con 16 goles encajados en 19 jornadas, sería ahora mismo el Zamora.
Con los números sobre la mesa, normal que liderato del Real Madrid en Liga sea incontestable: saca ocho puntos al segundo, el Sevilla, y ve desde larga distancia a Atlético (5º) y Barça (7º), que están a 15 y 16 puntos, respectivamente. En Champions League se cumplió con el objetivo de pasar primeros y el sorteo, previa polémica repetición, deparó un duelo emocionante contra el PSG en octavos.
Ancelotti ha conseguido en tiempo récord que el Real Madrid vuelva a soñar con ganarlo todo. La base estaba asentada gracias a Zidane y solo había que explotarla como ha hecho Carlo. En el club se dispara la ilusión antes de un 2022 que debe marcar un punto de inflexión en su historia, tanto por el nuevo Santiago Bernabéu como los grandes fichajes que llegarán. Ancelotti es el indicado para manejar la nave, esa es la gran lección que deja este 2021 en el Madrid.
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