"Es una competición muy importante porque el objetivo es ganarla. Nos va a exigir concentración, ganar duelos y estar atentos a los balones parados. Esto es lo que queremos mostrar. Hay algunas bajas porque algunos jugadores han tenido molestias como Benzema, Modric y Mendy. Courtois es el único que no va a jugar porque quiero darle minutos a Lunin", así anunciaba Carlo Ancelotti la titularidad de Andriy en el choque de Copa del Rey del Real Madrid ante el Alcoyano.
Después de los tragos amargos de la suplencia continuada, a Lunin, el segundo portero del Real Madrid, le toca el trago más dulce. De hecho, desde que el Madrid cayó el pasado mes de enero de 2021 en Alcoy, el meta no ha jugado vestido de blanco. Se ha mantenido a la sombra de un Courtois al que le ha sido imposible sentar dado el gran nivel que el belga ha venido demostrando en el último año y la ausencia, por fortuna para el club, de cualquier lesión de Thibaut.
"Lunin no ha jugado porque enfrente tiene al mejor portero del mundo" decía Ancelotti en la previa del encuentro frente al Getafe. Seguramente haya una labor psicológica detrás de la gestión de la posición de segundo portero, sobre todo en el caso de un joven como el guardameta ucraniano. Eso es por lo que el italiano le halagaba: "Es un portero muy motivado, muy profesional, tiene mucha calidad y pronto la va a demostrar". Ahora tiene una gran oportunidad.
En sus manos estará el destino de un Real Madrid que, precisamente, desde que Carlo dejó el club no ha vuelto a ganar esta competición. Ancelotti fue el último en levantar el título de este torneo en 2014 con la majestuosa cabalgada de Gareth Bale en Valencia ante el FC Barcelona. En ocasiones ha llegado lejos, en otras ha tirado por la borda sus opciones y en el peor de los casos ha caído con estrépito como lo ocurrido en 2021 frente al mismo rival de este miércoles.
Momento Lunin
El último recuerdo que tiene, de hecho, es del duelo ante el Alcoyano en el debut copero del conjunto madridista en la 2020/2021. Lunin no pudo evitar el 2-1 en la prórroga y los de Zidane se despidieron del torneo. Una eliminación que en parte supuso también el fin de las oportunidades de Lunin. Esto no quiere que vuelva a suceder. Si se ha quedado en la plantilla es para tener su momento en esta competición y quiere demostrar su valía y mejora.
El portero fichó por el conjunto merengue en 2018. Una operación que sorprendió y que tenía como objetivo reforzar la portería de cara al futuro. El chaval de 19 años que había llamado la atención en Ucrania se hacía con un puesto en el equipo blanco. La cesión era la única forma de tener minutos y Lunin pasó por Valladolid, Leganés y Oviedo. Estos últimos fueron los que más le vieron en el césped con hasta 20 apariciones.
En total, desde que fichó por el Real Madrid, Lunin solo ha podido jugar un partido oficial 943 días después de su fichaje. A ese revés hay que añadirle los acumulados en las cesiones sin éxito a Leganés (544 minutos en siete partidos) y Valladolid (210 en dos). Esos duros recuerdos que puede borrar por completo en la primera semana del año.
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