El futuro de Erling Haaland entra en un momento clave. La reunión con el Borussia Dortmund está próxima y los jugadores que están en la mesa de póker ya han hecho sus apuestas. Hay dos manos muy igualadas, la del Real Madrid y la del Manchester City. Será el jugador el que tendrá que decidir qué hace con su futuro, ya que también tiene una oferta de renovación con el equipo alemán. Su deseo es el de vestir de blanco, pero el pasado también le hace mirar a la Premier League.
Aunque la primera parada de Alf-Inge Haaland en la remozada Premier League no fue Manchester sino Nottingham, allí desembarcó en enero de 1994. El destino no llevaría a Haaland padre al Manchester City hasta 2001. Allí cavó su tumba deportiva o, mejor dicho, se la cavaron. Fue la venganza de Roy Keane rival ciudadano y carnicero con botas. Pero en ese breve período también tuvo tiempo para inocular la pasión por los colores skyblue a su hijo.
Haaland se convertiría en un fijo para el entrenador Royle, perdiéndose solo tres encuentros de aquella Premier League en la que llegó a Manchester. Los skyblue estaban peleando por eludir el descenso cuando en la jornada 35 disputaron el derbi de Manchester frente al United. Los de Alex Ferguson ya eran campeones pero en aquel partido había alguna que otra cuenta pendiente. Con empate a uno en el marcador, gracias a los tantos de Sheringham y Howey, a Roy Keane se le fue largo un control cuando se cumplía el minuto 85.
Lo que sucedió es que Haaland, cerca de Keane, se anticipó al centrocampista y le robó el balón. Con el esférico perdido, el red devil se fijó en su rodilla derecha y le clavó los tacos con saña. El árbitro del encuentro, David Elleray, no dudó en mostrar la tarjeta roja al capitán del United. "Había esperado mucho tiempo. Le golpeé jodidamente duro. El balón estaba allí, creo: Toma esta, bastardo. Y no vuelvas a mirarme burlándote de falsas lesiones (…) Incluso en el vestuario después, yo no tenía remordimientos. Mi actitud fue: a la mierda con él. Lo que va, vuelve. Él me pegó a mí una y mi actitud es ojo por ojo", explicó el exjugador del United años después.
Para comprender el rencor que anidaba en el '16' hay que retroceder hasta septiembre de 1997 cuando en una entrada de Alf-Inge sobre Keane, en un Leeds United – Manchester United, el centrocampista mancuniano cayó lesionado. Haaland entonces se acercó y le dijo que no fingiera, que no le había hecho nada. El Leeds ganó ese partido 1-0 y Keane no volvió a jugar esa temporada por una lesión en la rodilla.
Erling citizen
Erling Braut Haaland no tiene recuerdos, más allá de las fotos, de aquellos años en Manchester. El actual delantero del Borussia Dortmund nació en los últimos días de su padre en Leeds, aunque el primer estadio que pisó, con apenas meses, fue Maine Road. Aquellos primeros sonidos, aquellos primeros aromas con la esencia del fútbol británico se quedaron impregnados en la piel de aquel bebé.
Tanto Erling como su hermano mayor, Astor, han publicado imágenes en sus redes sociales con la zamarra del City cuando eran pequeños. Tampoco cuesta mucho imaginar a sus dos retoños preguntando a Alf-Inge las causas y los motivos de su retirada o por qué papá ya no jugaba en el City y conocida la historia los deseos por seguir los pasos de su padre se vieran reforzados. Ahora tiene una opción encima de la mesa para hacerlo. Aunque Haaland desea también vestir la camiseta del Real Madrid.
[Más información: Mino Raiola, el agente que eclipsa a las estrellas del fútbol: el hombre clave en el mercado de fichajes]