Toni Kroos es uno de esos futbolistas que tiene fama de hombre recto y poco dado a las celebraciones. Sin embargo, también se permite sus excesos cuando la ocasión lo merece. No obstante, tal y como ha reconocido recientemente, eso ya forma parte del pasado después de haber atravesado malas experiencias con la única bebida alcohólica que le gustaba: el tequila.
El centrocampista del Real Madrid ha participado en una nueva edición del pódcast que dirige junto a su hermano Felix y donde ha repasado algunas anécdotas que le dejó la celebración de la Copa del Mundo ganada en 2014. Un título que levantó justo antes de fichar por el Real Madrid. Anécdotas tan diferentes que van desde un juramento en la playa de Río de Janeiro hasta sus conversaciones con la canciller alemana Angela Merkel.
"Estoy tratando de revivir aquel día. El partido era a las 16:00 hora local en Río, en Alemania creo que eran las 21:00. Recuerdo que en realidad dormí un poco más inquieto la noche anterior. Pero no fue por la final, fue porque mi mujer voló la noche antes y solo vino de Alemania a la final. Yo llevaba allí seis semanas y no nos veíamos desde entonces. Entonces dijimos que bueno, para la final. Creo que aterrizó a las 6 de la mañana".
Así comenzaba su intervención en Einfach mal Luppen: "No desayuné, solo almorcé. Tomar algo antes del partido está bastante bien. Después recuerdo que siempre estaba hablando de tonterías antes de los partidos en el estadio con José Meneses, el jefe de seguridad de la selección, pero me dijo que ese día no había tonterías".
Uno de los momentos más nítidos que tiene de aquel día fue el mensaje que recibió de su todavía entrenador, Pep Guardiola: "Aún no estaba claro en qué club jugaría cuando volviera y Pep Guardiola me escribió y me deseó todo lo mejor para el final, pensé que era bastante agradable". A su regreso, el mediocentro alemán firmó por el Real Madrid.
Alemania venció con gol de Götze en la prórroga y en aquella celebración estuvo presente hasta Angela Merkel, con quien pudo mantener una charla: "Luego ganamos el partido y fue agradable poder abrazar a mi mujer después de seis semanas, poco después del pitido final. También charlar con Angie, en el vestuario fue agradable. Hablamos un poco sobre Mecklemburgo-Pomerania Occidental, mi región".
Una celebración muy movida
Sin embargo, lo más simpático de sus recuerdos estuvo relacionado con la celebración posterior. Así explica el juramento que habían hecho previo al comienzo de la competición y cómo el tequila le arruinó la noche: "Antes del torneo, José Meneses, nos había dado a mí, a Jogi Löw, a Oliver Bierhoff, a Schweinsteiger y a Klose un brazalete".
"Eso fue una especie de juramento por el torneo y por el título. Al final de la noche pensamos que alguien tenía que sacrificar su brazalete en ese momento. Luego nos paramos en círculo en la playa y José tiró su brazalete al mar. A partir de ese momento me propuse tomar un tequila con todos esa noche, pero fracasé estrepitosamente".
Kroos reconoce que el tequila era una de las pocas bebidas alcohólicas que podía tomar hasta le terminó jugando demasiadas malas pasadas y tuvo que dejarlo. Previa a esta charla, el centrocampista alemán había dejado otras confesiones relacionadas con el tequila: "Tras la final de la Champions contra el Chelsea recuerdo estar bebiendo de la frustración. Estuvimos cerca de necesitar un médico de emergencia. No había otra manera de aliviar el dolor".
La noche que le hizo cambiar definitivamente fue tras una salida con su hermano Felix y el jugador del Bayer Leverkusen Stefan Reinartz: "Bebí chupitos de tequila porque era lo único que me caía bien. Al día siguiente no me sentía bien y ese fue el punto en el que dije que beber alcohol no hace ningún bien. No pude mirar el tequila esa noche y lo dejé por completo. No me dolió y no lo extraño".
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