La maquinaria ha echado a rodar. El Real Madrid trabaja en la planificación de la próxima temporada y se dan pasos hacia delante en la contratación de otro joven talento. Se trata del francés Aurélien Tchouaméni (Ruan, 2000), quien se vio con Juni Calafat, jefe de ojeadores merengue, este jueves. Un encuentro en Mónaco -donde juega el centrocampista- para convecer al futbolista y su familia del fichaje.
El interés del Madrid por Tchouaméni no es nuevo y ni siquiera surge durante la presente temporada. Gregoire Akcelrod, exagente del jugador, ya reveló en una entrevista con diario MARCA que la primera vez que el club blanco se fijó en Aurélien fue en 2018. Desde aquel momento se ha seguido de cerca su progresión y el verano de 2022 es el señalado para lanzarse a por su fichaje.
¿Por qué es el momento de Tchouaméni? Principalmente porque el Real Madrid quiere tener atada la compleja operación de relevo de un trío de leyenda: Luka Modric, Toni Kroos y Casemiro. La temporada 2022/2023 será un antes y un después: Modric, que renovará otro año, muy posíblemente se despida el curso que viene, Kroos acaba también contrato y deberá decidir sobre su carrera y Casemiro entrará en la treintena.
El mejor centro del campo que nunca haya tenido el Real Madrid se acerca a su inevitable final. Algún día ha de pasar y en el club blanco llevan años trabajando a conciencia, mientras que es la propia CMK con su espectacular rendimiento la que ha ido dando mayor tiempo de maniobra. Pero es hora de diseñar un centro del campo sin este tridente histórico y Tchouaméni es uno de los elegidos.
Fede Valverde y Eduardo Camavinga son dos piezas importantes dentro de este puzle. El uruguayo aterrizó hace ya casi seis años en el club y, a sus 23 años, está listo para asumir responsabilidad. El francés no cumplirá los 20 hasta noviembre, pero en los pocos meses que lleva en el Madrid ha demostrado que el futuro es suyo.
Tchouaméni es quien debe ocupar en un futuro el sitio de Casemiro, compartiendo con él un físico imponente. Es cierto que Valverde y Camavinga también son futbolistas que abarcan mucho campo, pero no tienen la fuerza del todavía futbolista del Mónaco. Es la figura ideal para actuar como pivote de una medular que tendrá mucho físico en base a la evolución del fútbol europeo.
Un cuarto talento
Reposar en ellos tres la responsabilidad de reemplazar a la CMK puede ser muy pesado, pero el Real Madrid tiene un plan y pasa por incorporar una cuarta pieza que ayude a repartir la exigencia. El que más gusta es Ryan Gravenberch, del Ajax. Tiene 19 años como Camavinga y sería el más técnico de los tres, aunque tampoco va corto de físico. Su sitio pudo haber sido de Martin Odegaard, pero el noruego no cuajó y prefirió salir en lugar de esperar su oportunidad.
Tampoco hay que olvidarse de lo que viene desde abajo en La Fábrica. Antonio Blanco o Sergio Arribas buscan su hueco y hay alguna perla como Bruno Iglesias que tiene buena pinta. Además, en la agenda blanca hay otros nombres apuntados como el del alemán Florian Wirtz. Todo está bajo control.
Valverde, Camavinga, Tchouameni y Gravenberch. Entre ellos suman una media de edad que no llega ni a los 21 años (20,75) y no es casualidad. Es la estrategia de un Real Madrid que quiere diseñar un centro del campo que crezca dentro y le valga para la siguiente década. Compartir un tiempo con la CMK será un regalo para los nuevos. El cambio de ciclo está en marcha.
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