Corría el mes de noviembre del año 2006 cuando el Real Madrid realizó un movimiento de lo más extraño. Se trataba del fichaje de un jugador brasileño que pocos conocían. Llegado desde el Fluminense con solo 18 años, Marcelo comenzaba así su andadura en el mejor equipo del mundo. Un camino que ha derivado en la creación de una de las mayores leyendas del club.
Ahora, 16 años después de su llegada, Marcelo se ha convertido con el reciente título de Liga ganado por el Real Madrid, en el jugador que más trofeos ha levantado con la camiseta blanca en toda la historia de la entidad junto a Paco Gento. Ya son 24 conquistas las que el defensa brasileño ha sumado desde su aterrizaje. Las últimas, además, levantadas por él mismo con el brazalete de capitán atado a su brazo.
Esta exitosa temporada le ha servido al '12' del Real Madrid para sumar dos títulos más que le han permitido igualar a otra gran leyenda del fútbol mundial como es Paco Gento. Un hito que muchos han intentado, especialmente en los últimos años, pero que solo Marcelo ha sido capaz de conseguir después de años de buen fútbol, de magia, de pasión y de mucha entrega.
El carrilero zurdo del club madridista se ha convertido en uno de los mejores de todos los tiempos, no solo dentro de la legendaria trayectoria de la entidad merengue, si no de toda la historia del fútbol. Aterrizó en la capital de España siendo prácticamente un niño y tras más de tres lustros se ha convertido en una estrella que brillará con luz propia para siempre. Y quizás pueda redondear su palmarés un poco más levantando una nueva Champions en París si los blancos consiguen eliminar al City y meterse en la final.
De niño a hombre
Marcelo Viera da Silva Júnior nació el 12 de mayo de 1988 en Río de Janeiro. Se crio en el barrio de Catete y siempre estuvo muy ligado a la figura de su abuelo Pedro. Gracias a él experimentó el amor por el fútbol y se atrevió a dar sus primeros pasos. Rápidamente pudo demostrar que tenía un talento especial y se adentró en las categorías inferiores del Fluminense.
Ahí creció desde que tenía 13 años hasta que consiguió debutar con el primer equipo. En su primer partido oficial con el club de su infancia metió un gol y desde aquel momento ya tenía claro a quién debía dedicárselo. Una 'C' en honor al amor de su vida, Clarice, quien sería después la madre de sus dos hijos, Enzo y Liam.
Sus buenas actuaciones en el Fluminense le llevaron a llamar la atención de los mejores equipos del mundo. Destacaba por su velocidad y por su virtuosismo en ataque. Su proyección era tremenda. Finalmente, el Real Madrid terminó llevándose el gato al agua y en el invierno de 2006 oficializó su llegada. Ese fue un año muy especial para él, ya que también consiguió debutar con la selección brasileña.
Así arrancó un viaje que 16 años después continúa y que le ha convertido en leyenda del club más importante en la historia del fútbol. El 7 de enero de 2007 Marcelo recibía su regalo de Reyes particular debutando con la elástica merengue en un partido contra el Deportivo de La Coruña. A pesar de que esa primera temporada no fue nada fácil para él, consiguió dejar ya sus primeros destellos mientras lidiaba con un técnico tan exigente como Fabio Capello. Con él ganó su primer título, La Liga del 'clavo ardiendo', el mismo trofeo con el que ahora ha superado las 23 conquistas de Paco Gento.
Explosión en el Madrid
En sus primeras temporadas en la 'Casa Blanca' se instaló un debate sobre cuál era su posición real. Sus mayores virtudes estaban en ataque pues pocas veces se ha visto a un lateral con una calidad y una técnica tan grande. Durante años fue el elemento desestabilizador de defensas rivales más sorprendente del fútbol europeo. Apareciendo desde atrás nadie era capaz de pararle. Y así fue cómo se ganó un hueco en el lateral izquierdo dando carpetazo al debate sobre si debía jugar más adelantado o no.
Junto a Sergio Ramos formó un tándem defensivo legendario para conducir a una generación histórica en el club, a la altura precisamente de los Gento, Di Stéfano, Puskas y compañía. En su segundo año en el Real Madrid sí consiguió ganarse la confianza de Bernd Schuster y su fútbol creció exponencialmente. Además, consiguió levantar su segunda Liga.
A pesar de eso, los cambios de posición no terminaron, ya que entrenadores como Juande Ramos o Manuel Pellegrini apostaron por él en demarcaciones de interior e incluso de extremo. Durante esos años, Marcelo aumentó su capacidad como goleador y como asistente, pero seguía sin vérsele cómodo. Su lugar estaba en el lateral, donde José Mourinho le reubicó dando paso a sus años de fútbol más dorados.
Además, con la salida de Mahamadou Diarra en enero del año 2011, Marcelo se convirtió en el tercer capitán del equipo tras Casillas y Ramos. Con cinco años de experiencia en la casa, asumió más galones en el vestuario y se convirtió en una de las voces autorizadas del equipo. Eso le hizo crecer tanto fuera como dentro del campo y se pudo ver así al mejor Marcelo, el que iba camino de ser leyenda.
Dieron comienzo sus mejores años de fútbol, esos en los que llegó a ser el mejor lateral izquierdo del mundo sin discusión alguna. Un camino que comenzó de la mano de Mourinho y que continuó con entrenadores como Ancelotti y Zidane incluso teniendo que alternar sus presencias con jugadores como Fábio Coentrão. Sin embargo, la leyenda de Marcelo estaba en marcha.
Así fue como consiguió lograr, de verdad, en su gran reto: ser el sucesor de Roberto Carlos. Fue habitual de los mejores onces de cada temporada en Europa, consiguió meter goles y dar asistencias en finales de Champions y engrosó un palmarés único hasta llegar a ser una institución. Ya es uno de los jugadores con más partidos en la historia del club y el segundo extranjero que más veces se ha puesto la camiseta blanca tras Karim Benzema. Ambos han conseguido superar al mítico '3' de la Canarinha.
Los últimos años no han sido fáciles para él, pero ha demostrado ser un hombre de club, que sabe mirar por el bien del grupo, aceptando su posición y sabiendo esperar su momento para ayudar siempre al equipo. Quizás su rendimiento en el terreno de juego haya decaído en cierto modo, pero la actitud que ha demostrado ha sido ejemplar tanto para los jóvenes que empiezan como para todos sus compañeros. Nunca un mal gesto y nunca una palabra fuera de tono.
Además, estos últimos años le han servido también para ganarse un lugar preferencial en el corazón de todo el madridismo. Ya ha podido cumplir ese gran sueño de igualar a Paco Gento con 24 títulos y de ser el capitán del equipo de su corazón y levantar sus primeros trofeos con un brazalete que tiene clara conexión con su alma.
Marcelo, en números
El futbolista brasileño roza ya los 550 partidos con la camiseta del Real Madrid. Casi 390 de ellos han sido en La Liga y más de un centenar en la Champions, seguramente la competición que más le ha visto brillar. Otro aspecto que justifica casi por encima de ninguno que la comunión entre Marcelo y el club blanco es total.
A pesar de haberse consolidado como uno de los mejores defensas de la historia del club, el brasileño también se ha dejado ver en campo rival y se acerca peligrosamente a la barrera de los 40 goles y las 100 asistencias. Guarismos que bien podrían soñar muchos futbolistas que suelen lucirse en posiciones más avanzadas. Sin embargo, su calidad y su capacidad para ser una fuente de fútbol inagotable son muy complicada de medir en datos objetivos.
Los registros que no admiten lugar a la duda son esos 24 títulos que le convierten, junto a Gento y por encima del resto de jugadores que alguna vez han vestido la camiseta del Real Madrid, en el futbolista que más trofeos ha levantado con dicha elástica. Con la Liga recién ganada, la sexta de su palmarés, alcanza a la 'Galerna del Cantábrico', a la que podría superar este año si se gana la Champions.
A esos seis entorchados nacionales se suman cuatro Champions, cuatro Mundiales de Clubes, cinco Supercopas de España, tres Supercopas de Europa y dos Copas del Rey. Por si esto fuera poco, Marcelo ha ganado también con su selección una medalla de plata olímpica en Londres 2012, una de bronce en Pekín 2008 y una Copa Confederaciones.
Pasarán los años, y quizás las décadas, hasta que algún jugador llegue al Real Madrid y pueda superar lo que ha conseguido ya Marcelo. De hecho, han tenido que pasar más de 50 años desde que Gento estableció su récord hasta que ha llegado alguien capaz de ponerse a su altura. Eso demuestra la grandeza de lo que ha conseguido Marcelo con esa camiseta. Solo hace falta repasar la cantidad de estrellas y leyendas que han pasado por el club en todos esos años.
Pero el capitán blanco también ha conseguido esto gracias al momento que le ha tocado vivir. Marcelo se ha convertido en el estandarte de una generación histórica. Su nombre irá ligado para siempre al Real Madrid que volvió a hacer el doblete de Liga y Champions por primera vez en casi 60 años, a las tres Champions seguidas o a las cuatro en cinco años. Las páginas más doradas del club junto a las del Madrid de Di Stéfano.
Y su nombre irá siempre de la mano del de otras leyendas como Cristiano Ronaldo, Sergio Ramos, Iker Casillas o Luka Modric. Eso en el césped, pero también junto al de entrenadores como José Mourinho, Carlo Ancelotti o Zinedine Zidane en los banquillos. Ellos han sido ideólogos que convirtieron su fútbol de magia y calle en un deleite para los sentidos práctico y delirante para la afición más exigente del mundo, la del Santiago Bernabéu, donde Marcelo consumará su gran gesta con su título número 24.
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