Muchos se han preguntado durante bastante tiempo si el caso de Eden Hazard podría tener alguna solución en el Real Madrid. El jugador belga ha cumplido hace unos días tres años como futbolista del equipo blanco. Su fichaje fue anunciado a principios del mes de junio del año 2019.
Desde entonces, el que fuera gran estrella del Chelsea y de la Premier League ha firmado muchas sombras y muy pocas luces. Desde su llegada ha jugado, o mejor dicho, ha participado, en 66 partidos. Solo ha podido anotar 6 goles y ha dado 8 asistencias. Números que son sonrojantes para un futbolista que llegó con la condición de estrella mundial tal y como demostraban también los 100 millones que se pagaron por su traspaso a pesar de que solo le quedaba un año de contrato.
Desde su aterrizaje en Madrid, Hazard se convirtió en el mejor pagado de la plantilla, rondando los 14 millones de euros netos, por encima en aquel momento de Sergio Ramos y Gareth Bale. Ahora, ninguno de los dos está ya en la entidad madridista. La sensación que ha dejado Hazard es que el suyo fue uno de los peores fichajes de la historia del Real Madrid. Sin embargo, los datos lo demuestran de una manera más dura todavía que la percepción que ha quedado desde entonces.
No obstante, si algo no se le puede achacar al '7' es que en este tiempo no ha perdido la ilusión por intentar demostrar que le sigue quedando fútbol y calidad en sus botas. Por eso, ahora que con la selección belga ha recuperado la sonrisa, emplaza al madridismo a dar la vuelta a su complicada situación la próxima temporada. Lo cierto es que sus últimas apariciones invitan al optimismo. Se empiezan a ver brotes verdes con los que ilusionarse. Quizás no vuelva el mejor Hazard, pero sí una versión que pueda ser desequilibrante y apta para el ataque del mejor equipo de Europa.
Hazard recupera la sonrisa
Eden Hazard parece otro completamente. El jugador belga ha disputado dos partidos con el equipo de Roberto Martínez y ha confirmado lo que había anunciado antes de palabra. Está convencido de que el 2023 puede ser su año en el Real Madrid y después de muchas desilusiones y de muchas decepciones, quiere revertir la situación por completo. Quiere convencer al madridismo de que todavía pueden ver una buena versión de un Hazard que llegó a estar entre los mejores jugadores del mundo.
En su primer duelo contra Países Bajos partió como titular y disputó 46 minutos. El belga ha llegado casi sin rodaje a este final de temporada después de haberse sometido a su última operación de tobillo y por eso tampoco puede forzar en exceso. El partido no fue bueno para Bélgica (1-4), pero Hazard demostró una actitud y una condición diferente.
Se le pudo ver fino, participativo, apareciendo entre líneas, generando espacios y creando buenas jugadas de ataque. Era un buen comienzo, aunque todavía le faltaba un poquito más. Eso se vio en el segundo encuentro. Los de Roberto Martínez se resarcieron de la goleada encajada endosando un contundente 6-1 a la Polonia de Lewandowski. Y Hazard fue uno de los líderes en ataque.
Estuvo más de una hora sobre el terreno de juego y se pudo ver a un Hazard más cercano al que todos recuerdan y al que pocos han visto en Madrid. Rápido, con conducciones verticales e intentando limpiar rivales, rompiendo líneas en el regate y en el pase y siendo un peligro constante para la portería rival.
Fue un quebradero de cabeza, apareciendo sobre todo por el centro y también por banda izquierda. Un referente de lo que debe ser un mediapunta moderno como era Hazard en sus mejores épocas, cuando mutó desde la banda hasta el centro para terminar siendo un atacante total. Su mejor acción sirvió para darle una asistencia exquisita a Kevin De Bruyne en una contra tras romperle la cadera a un defensor polaco.
Ahora va la vencida
El final de temporada de Eden Hazard ha estado marcado por la última de operación de tobillo a la que se sometió. Siempre había dicho que la placa que tenía en su pie le generaba molestias que no le dejaban jugar y para solucionarlo volvió a pasar por quirófano. Desde el primer momento en el que comenzó su recuperación, el belga afirmó sentirse mucho mejor. Diferente. Como liberado. Y ahora confirma haber superado ya sus problemas del todo.
Ancelotti lo confirmó en los entrenamientos. Tanto es así que consiguió volver a los terrenos de juego antes de que terminara la temporada, algo que no se esperaba en un principio. Disputó 25 minutos ante el Cádiz y lo cierto es que dejó una impresión bastante positiva después de lo que había pasado. Además, su estado físico era bastante bueno teniendo en cuenta que había sufrido un parón de varios meses.
Esas sensaciones diferentes que Hazard encontró, especialmente en los entrenamientos, le hicieron llenarse de confianza para afirmar, ante la afición del Real Madrid y en plena celebración en Cibeles, que la próxima temporada sería la suya. Esta vez sí, sin excusas. Para él, el problema residía en esa placa que ahora ya no es un impedimento. Y lo cierto es que con Bélgica se está demostrando que hay un Eden diferente.
Por eso, en un acto con una peña madridista durante la concentración internacional, ha admitido que tiene una deuda que saldar: "Sé que estoy en deuda con el presidente, con la maravillosa afición del Madrid, que me hizo en el Bernabéu un recibimiento increíble, y con mis compañeros y mi entrenador. Esta temporada tengo mucha ilusión por demostrar por fin lo que no he podido demostrar desde que llegué al Madrid".
Hazard confía en volver a mostrar el excelente rendimiento que le aupó a ser un Top3 mundial hace unos años, justo por detrás de Cristiano Ronaldo y Messi y junto a nombres de la talla de Lewandowski, Benzema, Luis Suárez, Bale o Griezmann. Hazard llegó a maravillar al planeta en el Mundial de Rusia antes de llegar al Madrid cuando ya venía de ser la mayor estrella que había en la Premier League de largo. Y aunque suene a mensaje del pasado, todos confían en que el mejor Hazard esté a tiempo de regresar. O por lo menos, una versión positiva de él.
Todo o nada
Hazard está ilusionado, pero también sabe que tiene una responsabilidad enorme. El Real Madrid ya ha intentado colocarle en el mercado, pero visto lo visto, no hay ningún club que pueda afrontar su fichaje o su cesión debido a su alta ficha. Hazard quiere aprovechar eso para demostrar que todavía puede hacer buenos años con la camiseta blanca y entrar en la leyenda.
A su favor tendrá el extraño mercado de fichajes del conjunto merengue. La llegada frustrada de Kylian Mbappé le abre un hueco tanto deportivo como emocional que parecía ya cerrado. De haber llegado el francés, su salida era una cuestión vital para el club. Además, le hubiera cerrado aún más la puerta de los minutos.
Sin la estrella de Bondy, Hazard se quiere marcar el reto de ser ese galáctico que no ha terminado de llegar y que ya debería haber sido en ese año 2019 de su fichaje. Sin embargo, el próximo curso será también el primero en el que parta claramente como suplente. Zidane y Ancelotti siempre le dieron el beneficio de la duda, pero el nivel mostrado por Vinicius y Rodrygo este curso les hace merecedores de un puesto en el once por delante de cualquiera.
Por eso, Hazard se tendrá que ganar con trabajo en la sombra poder apear a alguno de los dos del equipo. Seguramente al exjugador del Santos, el eslabón menos fuerte de la cadena ofensiva. Eden estaba condenado y ahora mismo vuelve a tener un rayo de luz con el que iluminar el túnel del que espera salir de una vez por todas para convertirse en un jugador diferencial.
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