Es la cuarta vez que Vinicius sufre ataques racistas en un estadio de fútbol español y LaLiga lo denuncia. Los tres casos anteriores fueron archivados por la Fiscalía y la preocupación es que vuelva a ocurrir lo mismo con los hechos de Valladolid. Si acaba siendo así, será la confirmación de que el sistema falla y que los racistas permanecen, prácticamente, impunes.
La denuncia pública que Vinicius hizo tras lo que le tocó sufrir en Pucela señaló a la patronal: "LaLiga sigue sin hacer nada". Le respondió Javier Tebas, que no se había pronunciado sobre los insultos racistas hacia el brasileño hasta ese momento: "Infórmate mejor", replicó el presidente de LaLiga.
Desde el organismo denunciaron los insultos en el estadio José Zorrilla ante los organismos judiciales, administrativos y deportivos competentes. El asunto está en manos de los Juzgados de Instrucción de Valladolid, a los que se solicita que den traslado de la denuncia a la Fiscalía para su personación en la causa. Se repite el procedimiento de las tres veces anteriores que LaLiga denunció insultos racistas contra Vinicius.
Antes del Valladolid fueron los casos del Barcelona (Camp Nou, 24 de octubre de 2021), del Mallorca (Son Moix, 14 de marzo de 2022) y del Atlético de Madrid (Metropolitano, 18 de septiembre de 2022). Aquellos serían archivados por la Fiscalía. El de El Clásico "dado que no se logró la identificación de los autores de los hechos" y de Mallorca "porque la expresión y sonidos proferidos [...] no parecían revestir inicialmente la dimensión penal pública que se postula".
El del derbi era el caso más reciente. LaLiga denunció a Competición y Antiviolencia los cánticos contra Vinicius -sin mencionar los de carácter racista escuchados dentro del estadio-, pero la Fiscalía de Madrid entró en acción por la denuncia presentada por Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia. Mes y medio después fue archivada sosteniendo que los insultos se vertieron en un contexto de "máxima rivalidad", que solo "duraron unos segundos" y que no constituían delito.
LaLiga denuncia episodios así ante Antiviolencia. La citada Comisión Estatal, tras lo ocurrido en el Metropolitano, propuso sanciones para una decena de aficionados del Atleti de hasta 3.000 euros y la expulsión de recintos deportivos durante seis meses. El resto de castigos, en todo caso, corresponde a los clubes. La entidad rojiblanca habría identificado y expulsado a tres hinchas por aquel episodio.
Desde la temporada 2018/2019, LaLiga también lleva estos casos ante la Fiscalía de Odio. Sin embargo, solo ha habido un caso que haya tenido recurrido en la Justicia: el de Iñaki Williams en Cornellá en 2020. Está prevista la apertura del juicio oral contra los presuntos culpables de proferir insultos racistas al juzgador del Athletic. El caso de Akapo, jugador del Cádiz, en Granada (febrero de 2022) todavía sigue en fase de investigación por parte del fiscal.
El objetivo de LaLiga es "la violencia cero en el deporte y para ello se llevan a cabo diferentes prácticas de formación, prevención, detección y denuncia en cada jornada". Pese a ello, el balance de castigo es sin duda muy pobre para la gravedad de los ataques y el problema está lejos de atajarse.
Mientras tanto, en Europa es diferente. El Atleti ya sufrió el cierre parcial del Metropolitano (5.000 asientos) por los gestos nazis de varios aficionados rojiblancos en el estadio del Manchester City. En la Premier League, un aficionado del Leeds fue detenido en diciembre de 2021 nada más acabar un partido por insultos racistas hacia dos futbolistas del Arsenal (Nuno Tavares y Pépé). Son solo dos ejemplos de la dureza que se emplea fuera de España en asuntos de este tipo.
LaLiga, obligada a reaccionar
LaLiga de Tebas tiene la misión de hacer más, que es lo que reclamó Vinicius tras lo de Valladolid. El organismo ha anunciado que "incrementará los esfuerzos que realiza de forma continua para erradicar cualquier tipo de violencia, racismo o xenofobia dentro y fuera de los estadios".
Para ello, LaLiga aumentará el número de oficiales de integridad presentes en los encuentros con riesgo de producirse insultos racistas, "con el fin de extremar la detección e identificación de este tipo de conductas que no tienen cabida en el deporte".
Además, en aquellos estadios en los que se considere que exista el riesgo de posibles comportamientos racistas en las gradas, se emitirán mensajes a través de la megafonía y de los soportes publicitarios que rodean el terreno de juego para luchar y condenar el racismo. Toca ver si es suficiente o si, como hasta ahora, los racistas tienen barra libre.