La Copa del Rey es para el Real Madrid. El equipo blanco se proclamó campeón del torneo del KO tras imponerse en la final contra Osasuna que se disputó en La Cartuja (Sevilla). Es el tercer título de la temporada para sus vitrinas (ganó también la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes) y una nueva vía de ingresos para sus arcas.
Porque la Copa del Rey da prestigio y también dinero como premio. Sin embargo, el sistema de reparto es diferente al de otras grandes competiciones por eliminatorias a la que puede estar hecho el aficionado, como la Champions League. El campeón también se lleva el mayor cacho del pastel, pero no es tan grande en comparación al resto.
Para partir de una cifra, hay que hacerlo con los 33 millones de euros que ingresa la RFEF por la Copa en cuestión de derechos televisivos y luego reparte entre los clubes. Hay un 10% (unos 3,5 millones) que va a parar al fútbol modesto entre sus participantes en el torneo. El resto, el 90% (29,5), va para el fútbol profesional.
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Siguiendo con el desglose, esos casi 30 millones también hay que dividirlos. Otro 10% para los equipos de Segunda División (3 millones) y el resto, 26,5 'kilos', para los de Primera División. Los 20 clubes de la máxima categoría también parten su 'fondos': el 50% es igualitario (660.000 euros para cada uno) y la otra mitad va en función de los resultados deportivos, tanto de la presente edición como de los últimos cinco años.
¿Cómo se reparten los 13,25 millones que restan? 2,5% por llegar hasta los octavos de final, 6% por los cuartos, y 9% por las semifinales. El campeón además, se lleva un 22% extra y el subcampeón un 16%. De tal manera, Real Madrid y Osasuna, que ya tenían asegurados los 660.000 euros por ser de Primera, sumarán 1,21 millones y 1,06 como campeón y subcampeón, respectivamente.
La Copa, de manos de Joaquín
Joaquín Sánchez, capitán del Real Betis, cedió el testigo de la Copa del Rey en los prolegómenos de la final que disputan Real Madrid y Osasuna en el estadio sevillano de La Cartuja, donde depositó el trofeo en el habitáculo habilitado para ello a pie de césped.
Joaquín, recibido con una sonora ovación por los casi 52.000 espectadores asistentes a la final, saludó desde el césped a las aficiones blanca y rojilla después de que hace un año recogiera como sempiterno capitán del Betis el trofeo de campeón de Copa que los verdiblancos ganaron en este mismo estadio al Valencia en la tanda de penaltis, tras acabar el partido 1-1.