Fútbol

Por qué el Real Madrid fue arrollado por un City que cumplió el plan perfecto de Pep Guardiola

Las carencias de Camavinga en el lateral, las pocas ayudas de Vinicius en defensa o la incapacidad de los blancos para robar el balón fueron algunos de los motivos.

18 mayo, 2023 02:19
Alberto Marcos David Vicente

El Real Madrid nadó en la Champions League para morir en la orilla. Los blancos buscaban hacerse con La Decimoquinta y para ello debían superar a uno de los equipos más complicados del momento como era el Manchester City en el Etihad Stadium. La realidad, sin embargo, azotó al conjunto de Carlo Ancelotti. Los ingleses pasaron por encima desde el minuto 1 al 90 y sometieron a los merengues sin paliativos. 

Fue una auténtica exhibición de los ingleses en el partido de vuelta. Esta vez no hubo épica, tampoco lugar para la magia de las clásicas remontadas del Real Madrid en Europa. El 4-0 del marcador fue tan duro como un fiel reflejo de la abismal diferencia que hubo entre ambos equipos en el terreno de juego. 

Pep Guardiola maniató por completo a un rival inferior cada segundo del partido. Tenía la lección bien aprendida de lo que sucedió el año pasado, así que esta vez la historia fue muy diferente y pudo celebrar de forma merecida. Ancelotti, que acertó en la ida, no dio con la tecla en el encuentro de vuelta y tuvo que resignarse a ver cómo su equipo era atropellado sin poder encender una chispa para la reacción. 

[El Real Madrid sucumbe ante el City de Guardiola y pierde el trono de Europa tras una goleada]

Algunas de las carencias del equipo blanco salieron a la luz de forma muy clara en este encuentro. Empezando por las deficiencias de Camavinga cuando ocupa la posición de lateral izquierdo, pasando por la incapacidad para poder robar un balón en el centro del campo y llegando a la inoperancia de un Karim Benzema lejos de su mejor nivel. Ha sido un fantasma el francés en la eliminatoria. 

Los problemas de Camavinga

Carlo Ancelotti sorprendió en la alineación con la aparición de Militao en detrimento de Rüdiger. En la rueda de prensa ya había jugado al ratón y al gato, tratando de esconder hasta última hora por quién apostaría, y finalmente se decidió por el brasileño pese a que el alemán había secado a Haaland en la ida. La apuesta no le salió bien, el vikingo fue un dolor de cabeza y tan sólo se fue de vacío por las milagrosas actuaciones de Courtois. 

Sin embargo, no fue el único problema de la defensa blanca en el Etihad Stadium. Camavinga regresó al lateral zurdo y se vio completamente desbordado en esa posición. Las apariciones de Bernardo Silva por aquel costado, las caídas en banda de Kevin de Bruyne o las ayudas de Stones y Rodrigo desde el centro del campo le jugaron una mala pasada al francés. 

Por si fuera poco, apenas recibió ayudas en defensa de Vinicius, por lo que el conjunto inglés siempre atacaba en superioridad. El brasileño bastante tenía con intentar obrar un milagro en una zona de ataque que parecía un auténtico desierto. Ni un solo balón en condiciones le llegó a Vinicius, que cada vez que encaraba tenía que hacerlo contra tres o cuatro jugadores como poco. 

El primer tanto del partido llegó por su zona. Camavinga salió a presionar a destiempo y sin intensidad dejando un enorme espacio a su espalda que no supo tapar Toni Kroos. Esto facilitó la asistencia de De Bruyne para Bernardo Silva que, aprovechando el agujero, fusiló a Courtois.

Camavinga también sale en la foto del segundo gol. En esta ocasión es casi más sangrante porque el tanto llega desde la banda derecha, justo el costado contrario. El galo abandonó su posición tratando de sorprender y cuando el Real Madrid perdió el balón intentó regresar a destiempo. Se quedó en terreno de nadie, dejó suelto de nuevo a Bernardo Silva y este anotó el segundo para matar al equipo blanco. 

Un equipo sin físico

Carlo Ancelotti apostó por su vieja guardia de confianza en el centro del campo. El tándem Modric-Kroos, que pese a las críticas recibidas durante esta temporada en algunos momentos habían callado varias bocas, hizo aguas en el Etihad Stadium. Este City exige muchísimo en esa zona del terreno de juego como consecuencia de sus altos porcentajes de posesión y los blancos no olieron la pelota.

A esto hay que sumarle sobre todo que el que se presupone como el gran pulmón del equipo, Fede Valverde, estuvo a años luz de su mejor versión, aquella que se vio antes del Mundial de Qatar. El uruguayo estuvo completamente desaparecido en combate, no sirvió de obstáculo para el juego del City y tampoco fue un trampolín para lanzar las contras visitantes. 

El resultado de todo esto fue un equipo completamente sometido en el centro del campo y sin posesión. El dato de los escasos 13 pases completados por el Real Madrid en el primer cuarto de hora habla por sí solo. Los blancos estuvieron en inferioridad en la zona ancha y eso no supo leerlo Ancelotti. 

El equipo de Guardiola movió el balón como quiso y por donde le dio la gana en todo momento. Rodrigo volvió a dar una auténtica clase magistral de posicionamiento y de juego sencillo, Stones campó a sus anchas y por allí se dejaron caer De Bruyne, Bernardo Silva y hasta Grealish para hacer el resto. Una masacre en toda regla. 

Como consecuencia de ello el Real Madrid apenas llegó al área. Los tiros a puerta se cuentan con los dedos de una mano, y más aún teniendo en cuenta que dos disparos se estrellaron en la madera. Los blancos apenas pisaron el área de castigo del Manchester City, que vivió realmente cómodo durante todo el partido. El apagón de Vinicius, Benzema y Rodrygo fue total, y si ninguno de ellos tres brilla, el Real Madrid lo tiene muy complicado.

El City, sin Haaland

La gran amenaza de esta eliminatoria para el Real Madrid se llamaba Erling Haaland. Sin embargo, el Manchester City goleó en el global de la eliminatoria (5-1) para meterse en la final de la Champions League sin que el noruego fuera protagonista. El vikingo fue incapaz de anotar ni un solo gol en ninguno de los dos partidos y aún así los de Guardiola impusieron su ley, lo que habla de la riqueza ofensiva del conjunto inglés.

Rüdiger paró muy bien en la ida al delantero, pero no pudo hacerlo en la vuelta porque se quedó en el banquillo. En el Etihad Stadium, el Real Madrid sufrió mucho más la presencia de Haaland y tan sólo Courtois fue el culpable de que el noruego no se marchara incluso con un hat-trick a casa. Tres intervenciones milagrosas del guardameta belga evitaron que Erling mojara.

El poderío aéreo del noruego hizo que en la primera parte tuviera dos remates muy claros dentro del área al ganarle los saltos a Alaba y a Camavinga, respectivamente, en dos acciones en las que las manos prodigiosas de Courtois mantuvieron la portería a cero. 

En la segunda mitad Haaland gozó de otra oportunidad clarísima para haber inaugurado su cuenta goleadora. Recibió un pase de fantasía de Gündogan de tacón, se plantó mano a mano ante Courtois dentro del área, pero el portero evitó con su cuerpo el que en ese momento hubiera sido el tercer gol del partido. Sólo el belga salvó al Real Madrid de una debacle mucho más dolorosa en el Etihad Stadium en un partido en el que su equipo fue superado de principio a fin.