Este lunes se cumplían siete meses exactos del último gol de Fede Valverde en Liga. El uruguayo, sin embargo, cortó a tiempo la mala racha para hacer el 1-1 que dio pie a la remontada contra la Real Sociedad. El Santiago Bernabéu coreó su nombre y él levantó su puño, el sano, y luego también el derecho que lo lleva vendado desde hace unas semanas.
Es una imagen a la que se acostumbró el madridismo durante años, a la de Karim Benzema alzando su mano protegida al cielo de la capital en cada gol. Una especie de fetichismo creado a su alrededor en los mejores años de la carrera del francés. Este verano el delantero se fue a Arabia Saudí y en su adiós dejó libre el '9' y una venda que siempre tuvo más significado que el de solo un trozo de tela.
Ahora la venda la lleva Valverde y con ella en su mano derecha se ha reencontrado con el gol. Una venda misteriosa, que apareció en el uruguayo sin conocerse el contexto y que por fin explicó el jugador tras el partido contra la Real: "Me rompí un dedo intentando agarrar a un compañero en un entrenamiento", dijo ante los medios.
El gol fue de su firma: un zapatazo seco que mandó disparada la pelota en dirección a la portería. Casi inexplicable hasta para él: "El balón venía fuerte. Intenté sólo que el balón no se me levantara. Salió ahí. Se necesita un poco de suerte", dijo sobre el gol, el primero del curso para él.
Esta vez no hay apuesta como la del año pasado, por la que Ancelotti se jugó el puesto si Valverde no hacía al menos diez goles. Hizo 12: "Hasta que no meta un par de goles, no voy a apostar nada. Si no, estoy en el horno... Intento aportar como sea. Cuando uno mete goles sirve para trabajar más. Estar más motivado", dijo.
Y es que Fede lo hace todo, no solo goles. Ante la Real, jugando 87 minutos, hizo tres disparos, completó 39 pases (83% de acierto), ganó siete duelos y se marcó tres entradas, dos intercepciones y dos despejes.
Valverde levanta cabeza tras una segunda parte de la pasada temporada en la que no se encontró bien: "Uno no quiere pasar por esas cosas. Pero siempre pueden pasar peores. Tengo que agradecer que mi familia está bien. Mis hijos tienen salud. En la vida personal, como en la futbolística, siempre va a haber altibajos. Uno tiene que ser maduro. Hay que trabajar esos momentos y hablar con la gente que necesitas".
Su futuro
También habló de su futuro, de las ofertas de clubes ingleses que llegan cada verano por él. En la cabeza de Fede no hay espacio para rumores mientras se cumpla una condición: "Tengo la capacidad de ser jugador para este club. El día que no me sienta así, o que no lo sienta el Madrid, buscaremos una solución. Hoy por hoy me siento bien". Con venda o sin ella, el uruguayo es un valor seguro.