Vinicius, el héroe 'dormido' del Madrid que resurge para conquistar la Supercopa de España
En una temporada en la que los focos se los están llevando otras figuras como Jude Bellingham, el brasileño volvió a su mejor nivel en el momento óptimo.
15 enero, 2024 02:09La decimotercera Supercopa de España del Real Madrid quedará para la historia como la Supercopa de Vinicius. El brasileño es, sin lugar a dudas, el gran protagonista de una final en la que el conjunto blanco barrió del mapa al Barça de una manera escandalosa. Tres goles, un penalti provocado, una expulsión propiciada... En definitiva, un constante dolor de cabeza para la defensa culé.
En una temporada en la que había pasado casi a un segundo plano y los focos se los estaban llevando otros, especialmente Jude Bellingham, Vinicius levantó la voz en Arabia Saudí y se reivindicó como referente del Real Madrid. El brasileño y diez más, eso fue el conjunto blanco en la final de la Supercopa. Un líder claro se echó al equipo a la espalda y recordó a todo el mundo que sigue siendo uno de los futbolistas más desequilibrantes del planeta.
Vinicius sigue siendo nervio, pasión, desborde y también gol. No está siendo su curso más anotador desde que dejó atrás sus problemas de definición de antaño, pero actuaciones como la que firmó en la final de la Supercopa le vuelven a poner en el primer plano.
En su caso, se juntaron el hambre con las ganas de comer. Un futbolista que no entiende de especulaciones, que lo único que sabe es atacar a los rivales, con unos defensores en un momento bajo de forma. El resultado fue claro, un auténtico destrozo con la firma indiscutible de Vinicius.
Tres goles fulminantes
Un hat-trick en 37 minutos. Con esa carta de presentación se va a cualquier lado, por ejemplo, a conquistar una Supercopa de España ante el eterno rival. Ese es el balance brillante en números superficiales de lo que hizo Vinicius en la final contra el Fútbol Club Barcelona, pero el análisis va mucho más allá.
El brasileño brilló desde el primer instante hasta el último segundo que estuvo sobre el terreno de juego. Su primer gol fue una muestra de olfato porque supo entrar por el centro de la defensa y aprovechar su velocidad para plantarse mano a mano ante Iñaki Peña con una facilidad pasmosa.
Le enseñó el pase a Bellingham, y el inglés le dio un balón medido para que Vini hiciera el resto. Su desborde propició que dejara pasmado al guardameta del Barça para hacer el primero del partido a puerta vacía.
Era un día reservado para el festival de Vinicius. Tocado por una varita mágica, en la conexión con su compatriota Rodrygo llegó el segundo. Un centro desde la banda derecha y el '7' llegó al segundo palo para empujar. Una sonrisa de oreja a oreja y una nueva celebración que refleja la pasión con la que vive Vinicius su profesión.
Lo veía desde la banda, pero Xavi Hernández no encontró la manera de retocar las piezas para que el delantero del Real Madrid dejara de hacer sangre. De hecho, la faena fue todavía a más. Vinicius fue objeto de penalti y él mismo, que se sabía enrachado, asumió la responsabilidad de ejecutar la pena máxima, la primera para él de la temporada, para firmar su hat-trick.
Su lucha con Araujo
En los últimos Clásicos se había vivido una pelea desigual entre Vinicius y Araujo. Xavi Hernández, que suele utilizar al uruguayo en el eje de la zaga habitualmente, volvió a desplazar al defensa al lateral derecho para tratar de frenar las acometidas de Vinicius. Aunque el esquema del Real Madrid ha cambiado desde la llegada de Bellingham, el brasileño se sigue moviendo por el costado izquierdo para arrancar muchas jugadas.
En anteriores enfrentamientos Araujo se merendó a Vinicius. Con su velocidad hizo que el delantero del Real Madrid pareciera lento, y su contundencia dejaron sin efecto los regates y las filigranas del brasileño, pero la historia en Arabia Saudí fue completamente opuesta.
[Así fue la entrada de Araujo sobre Vinicius que supuso la expulsión del central uruguayo]
Araujo fue el reflejo de la depresión que atraviesa el Barça al completo en estos momentos. Esta vez fue superado en cada acción por Vinicius, retratado en cada intento de desborde del brasileño, y la muestra de ello fue que el defensa tuvo que recurrir incluso al penalti para tratar de detenerle completamente desesperado.
El uruguayo vio como Vinicius le ganó la espalda en una acción en la que el Real Madrid cargó desde la banda derecha. El centro buscó a Vinicius en el segundo palo, y allí el zaguero no pudo hacer sino agarrar a la altura del cuello al atacante para evitar que rematara a placer. El colegiado lo vio y señaló la pena máxima, la misma que le costó el tercer tanto del choque al Barça antes del descanso.
Pero no quedó ahí esta pelea que otras veces fue titánica entre Araujo y Vinicius. La desesperación del defensor se escenificó en la expulsión sufrida en la segunda mitad. El uruguayo estuvo lento a la hora de despejar un balón y Vini llegó antes que él. Por eso, impactó con su pierna en lugar de tocar el esférico, así que Martínez Munuera le enseñó la cartulina amarilla, la segunda por culpa de Vinicius después del penalti. El resultado, una expulsión y un Barça muerto.
Vinicius fue designado como el mejor jugador de la final. No cabía otra posibilidad, y terminó levantando al cielo de Arabia la Supercopa de España número 13 del Real Madrid en su historia.